¿Quién quiere hablar de cáncer? El rechazo puede ser el primer sentimiento que surge cuando se nombra la palabra cáncer, quizás porque trae un recuerdo doloroso o porque resulta más fácil evitar lo que incomoda. Para naturalizar y visibilizar no es necesario tener que padecerlo o vivirlo de cerca por algún familiar. Se puede ser partícipe escuchando historias y experiencias, esa es una manera de comprender la enfermedad y lo que sucede más allá de ella.
Vivir con cáncer de mama: fotografías que muestran otra cara de la enfermedad

Un diagnóstico de cáncer de mama implica comenzar a ver la vida desde una nueva perspectiva, y para luchar contra él cada día, bajar los brazos no es una opción. La lucha cotidiana, junto a los grandes cambios que se van percibiendo, también afecta a los vínculos sociales más próximos. No solo hay una lucha por sobrevivir, sino también por acomodarse a una nueva experiencia de vida: los cambios que se producen en las relaciones de pareja y la aceptación de un cuerpo diferente son otras caras de la enfermedad.
Y poder lograr ver más allá de la enfermedad, sus consecuencias en los vínculos sociales y la percepción que se tiene de uno mismo es un desafío que el fotógrafo Pata Eizmendi llevó a cabo con el colectivo Mama mía. El proyecto fotográfico llamado « Entretejiendo historias» retrata a varias mujeres que transitaron y transitan el cáncer de mama, mostrando las dos caras de la enfermedad. Pata Eizmendi contó a VIX sobre el significado de esta muestra fotográfica.
Historias tejidas con fortaleza y alegría
Las fotos reflejan lo que para cada una de ellas significa vivir con cáncer de mama, y cada una eligió cómo transmitir sus experiencias a través de la fotografía: la fuerza que surge a partir de la debilidad.
«Hay un caso de una integrante que estaba embarazada y logramos fotografiarla embarazada y luego con su bebé cuando nació. Ella conservó un seno para poder amamantar a su hijo. Y así como ese hay otros ejemplos de mujeres que mediante la fotografía van reflejando cómo fue su transitar, pero no como “si no hubiese pasado nada”. Hay momentos que se pasa mal, pero el mensaje final es que ellas pueden. La muestra refleja todo eso», dijo Pata Eizmendi a VIX.
Cada foto refleja las diversas sensaciones de cada una de ellas, hubo quien quiso representar su pasaje por la quimioterapia y quien quiso mostrar su pasión por el deporte. Lo que se ve en las fotografías es su poderosa fuerza interior a partir de la enfermedad y las variadas consecuencias que ella trajo.
«Con la muestra fotográfica buscamos ir más allá. Hay muchas muestras sobre mujeres con cáncer de mama, pero quisimos hacerlo con un tono más personal, las fotos se refieren a todo lo que les permitió a ellas transitarlo. Para mí fue esa búsqueda, lograr que se abrieran y que pudieran revivirlo y compartirlo. Para mí fue un desafío que logramos junto a Pablo Sobrino (director de fotografía) y Gabriela Nebel (psicóloga)».
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La cara no visible del cáncer de mama
Hablar con naturalidad del miedo y del dolor, expresarse, reírse, ayudarse mutuamente, eso es lo que hacen las mujeres que están en el colectivo Mama mía. Y retratar sus experiencias fue un desafío para el equipo que llevó adelante este proyecto fotográfico. Como contó Pata Eizmendi, las fotos fueron la parte final de un trabajo de meses, estuvieron mucho tiempo trabajando con ellas, dialogando y conociéndolas. Y es que solo con el entendimiento y la humanidad es que logramos conectarnos con los otros, y de esa manera también se permite una apertura que logre mostrar otras caras del cáncer.
«Todo lo que está atrás y es consecuencia de la enfermedad me parece que es necesario que se visibilice también. Quienes vean las fotos verán más allá de la enfermedad, la experiencia las llevó a conectarse a un montón de cosas que quizás antes no pudieron ver o detenerse a verlas [...] Las fotografías se enfocan en el aspecto humano, a cómo transitan esas mujeres la enfermedad desde lo humano y desde sus vínculos. Las fotos son muy sutiles y cuidadas. Tienen las dos caras, no se queda solo con las cicatrices».
Es importante involucrarnos y ser partícipes, y eso lo podemos lograr al escucharlas. Las fotografías nos cuentan, nos dicen mucho acerca de quien es retratado y el ejercicio de interpretar miradas y gestos también ayuda a sensibilizarnos. No se trata solo de la enfermedad, sino también de todo lo que acontece como consecuencia de la enfermedad.
Tenemos mucho que aprender de sus historias de lucha y de su visión del cáncer que padecieron o aún padecen. Porque, como todo en la vida, ser conscientes desde qué perspectivas miramos los acontecimientos es fundamental.
El cáncer puede ser visto como una oportunidad de crecimiento, de aceptación, del encuentro con el valor y la entereza. Y también puede verse como una oportunidad para no rechazar el miedo. Algo que, sin dudas, vemos reflejado en cada sonrisa y mirada de estas valientes mujeres.







