Muchas madres sufren porque no tienen leche suficiente para amamantar a sus hijos. Por otro lado, otras producen cantidades más que suficientes, como la ama de casa brasileña Bárbara dos Santos, de 26 años.
Una madre donó 45 litros de leche para ayudar a bebés de la UTI neonatal

Ella tenía tanta leche que pensó en beneficiar a otros niños, además de su hijo, Nicolás. Durante casi un año donó su leche y ayudó en la alimentación de otros bebés.
Bárbara producía mucha leche: «llegaba a tener filtraciones»
Incluso antes de convertirse en madre, Bárbara ya soñaba con amamantar y sabía de la importancia de la leche materna para el bebé. «Yo ya tenía en mente que mi leche era la vida para mis hijos». Y tenía razón.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, los beneficios de la leche materna no solo ayudan a mantener a los bebés saludables en sus primeros días de vida, sino que también influyen en ellos hasta la vida adulta.
Si dependiese de la producción de leche de Bárbara, Nicolás sería el niño más saludable del mundo. «Tenía tanta leche que llegaba a tener filtraciones», reveló.
La decisión de donar
Cuando estaba en el hospital luego del parto de Nicolás, Bárbara descubrió que algunos bebés prematuros que estaban internados en la Unidad de Terapia Intensiva neonatal no podían ser amamantados por sus madres y, por eso, eran alimentados con leche materna de un banco de donaciones.

La situación de esos bebés conmovió a Bárbara y, por eso, decidió que su leche no solo alimentaría a su hijo, sino también a otros bebés. «Si Dios me dio leche en abundancia, ¿por qué no ayudar?»
Bárbara buscó información sobre cómo donar y descubrió que el Hospital Estadual Mario Covas, de Santo André, la ciudad donde vive, tenía un banco de leche. «Enviaron una enfermera a mi casa para hacer el primer ordeñe y enseñarme los procedimientos correctos para que lo hiciera sola después», contó Bárbara.
En la primera donación se hace una prueba con la leche para verificar que sea apta para consumo. Según el Ministerio de Salud brasileño, cualquier mujer que esté amamantando es una posible donante. Solo es necesario ser saludable y no tomar medicamentos que interfieran con la lactancia.
La colecta y el almacenamiento de la leche
El hospital orientó a Bárbara para reunir la leche y almacenarla en recipientes de vidrio esterilizados. Antes de comenzar el procedimiento, debía lavarse los senos con agua corriente, higienizar sus manos, ponerse guantes y un gorro sobre el cabello. El ordeñe no podía hacerse en el baño ni en la cocina. «No me daba trabajo. Ellos me daban los recipientes esterilizados, los guantes, los gorros y hasta venían a buscar la leche a mi casa».
La ama de casa también explicó que aprendió la técnica del ordeñe humano para reunir la leche. «Tomas el pecho con las dos manos en forma de C y vas apretando. Mientras haces eso, la leche va cayendo en el recipiente».

La extracción no tiene por qué hacerse con un sacaleche eléctrico ni manual. Ordeñar con las manos es la mejor técnica para estimular las glándulas mamarias y que la madre reúna la leche. Según Bárbara, el proceso es doloroso al comienzo, pero después mejora. «No voy a mentir. Me dolía un poco al principio, pero con el tiempo me acostumbré».
Después de extraer la leche, Bárbara debía guardar el recipiente en el congelador y conservarlo hasta que el personal del banco viniera a retirarlo. «Venían todas las semanas a mi casa». Según el Ministerio de Salud brasileño, la leche humana puede ser almacenada hasta 10 días en el congelador.
Bárbara donó más de 40 litros de leche
Bárbara pasó 11 meses donando su leche. «Donaba cerca de un litro por semana». Si tenemos en cuenta que un recién nacido toma hasta 240 ml de leche por día, la cantidad que ella donaba era suficiente para alimentar a un bebé por al menos 4 días.
En total, Bárbara donó 45 litros de leche al banco y confesó sentirse privilegiada ante otras madres que no podían amamantar. Nunca pasó por su cabeza que, si ella donaba leche, su hijo se quería sin ella. «Parecía que, cuanto más sacaba, más producía».
Y no fue solo una percepción. De hecho, la producción de leche materna funciona a partir de estímulos y, por lo tanto, cuantos más estímulos reciben la glándulas mamarias, mayor es su producción.

Bárbara volvería a donar su leche
Hoy en día Nicolás es un saludable niño de cinco años, y Bárbara le dio de mamar hasta los tres. Ella cree que sus acciones ayudaron a muchos niños. «Muchas madres no tienen una producción de leche suficiente para un recién nacido, y la leche materna es primordial».
La ama de casa también tiene una hija de un año y siete meses, pero, como la bebé nació prematura, la lactancia no fue tan fácil como la de Nicolás y Bárbara no pudo donar su leche.
Afirma, sin embargo, que si tiene un tercer embarazo y todo sale bien, donará de nuevo. «Donaría sin pensarlo dos veces. Es un placer saber que podemos ayudar tanto haciendo tan poco», concluyó Bárbara.
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Original Author: Christiane Gonçalves Original Author URL: https://www.vix.com/pt/users/christiane-goncalves
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