Lifestyle

¿Te pasaste el fin de semana viendo No te lo pongas? Mira por qué los extreme makeover nos gustan tanto

Imagen Shutterstock

¡No vale mentir! Tú también estuviste todo el fin de semana mirando Hermanos a la obra y No te lo pongas, ¿verdad? Pues debes saber que es normal.

PUBLICIDAD

En vez de salir a bailar, a comer o a tener una cita con nuestro crush, muchos de nosotros nos sentamos en el sofá a ver los cambios radicales en las vidas de otros. Pero, ¿qué nos atrae tanto de esta clase de programas?

1. Nos encanta husmear la vida de los demás

En el cine, en los documentales, en los libros, en La rosa de Guadalupe o en los extreme makeover de Home & Health, los humanos adoramos ver la vida de otros.

Sobre todo, adoramos husmear cuando se trata de vidas reales. Ver cómo una novia busca un vestido mientras su madre se vuelve loca, o cómo los recién casados buscan una casa nueva casi sin dinero en el banco, es más interesante de lo que suena.

Una de las formas de aprendizaje más humanas es la curiosidad: el querer saber cómo son las cosas, cómo funcionan y también cómo son los demás. Sí, husmear la vida de otros también es aprender. ¡Una lección de vida! ¿Quién lo diría?

2. Disfrutamos ver sueños hechos realidad

Pero no solo somos seres chusmas, también tenemos nuestra cuota de sentimientos buenos, ¿no es cierto? Por eso mismo, nos encanta ver a los demás ser felices, al menos en casi todos los casos.

En esa línea, somos felices al ver a los demás comprarse una casa hermosa, casarse usando el vestido de sus sueños o recibir un cambio de look increíble.

A diferencia del ser humano de hace miles de años, en donde aún eramos muy parecidos a los animales, la felicidad de un individuo no está asociada a la infelicidad de otros: el mundo ya no es una competencia de recursos en donde necesitamos que el otro sea infeliz para obtener beneficios. De hecho, mientras más feliz sea nuestro entorno, más felices seremos nosotros también.

PUBLICIDAD

3. Nos sentimos menos solos

Por otro lado, muchas personas se sienten solas en sus casas. Una forma de cambiar eso es ver a otros en televisión, sobre todo si esos otros son personas reales, personas comunes con miedos y sueños como los nuestros.

De hecho, de acuerdo al sitio web Psychology Today, los realities televisivos son una forma de satisfacer nuestra falta de interacción social. Tal como lo lees: ver a los hermanos Scott diseñar una casa nos hace sentir más acompañados.

4. Conocemos diferentes realidades

Por otro lado, el contacto indirecto con desconocidos funciona como una ventana hacia sus vidas. Y, claro, ver la vida de otros desde tan de cerca nos hace entenderlos un poco más.

Entre esos casos, se encuentra el del programa Acumuladores, de Home & Health. En Acumuladores vemos de cerca el síndrome de Diógenes. Este síndrome hace a las personas acumular mucha basura en sus casas y vivir casi en un estado de abandono.

Con esta clase de programas tenemos un contacto mucho más cercano y humano, menos basado en «juzgar» y más basado en « entender al otro».

5. Sacamos nuestro lado malévolo

Sí, todos tenemos un lado bueno. Pero también tenemos uno malo, ¿no es cierto? Y está bien, a veces necesitamos satisfacerlo.

Nada como mirar vestidos de novia y gritarle a la chica en la televisión que su vestido es feo, o decirle a Clinton y Stacy que, a pesar de ser especialistas en la moda, tienen un pésimo gusto para los zapatos.

Oh, cielo santo, somos seres horribles. Pero, de todos modos, si nadie nos escucha decir esas atrocidades y nos sirve para calmar la ansiedad o liberar la frustración, no está tan mal, ¿no? Solo intenta no convertirte en Soraya Montenegro y todo irá bien.

PUBLICIDAD

6. Nos conocemos a nosotros mismos

Es una realidad: al ver los extreme makeover, nos conocemos un poco más a nosotros mismos.

Si la protagonista de No te lo pongas se viste de negro porque aún está haciendo el duelo por la muerte de Gabanna (la mascota de Khloé Kardashian), y nosotros también nos vestimos de negro, ¿será por la misma razón?

Y más allá de eso, también nos conocemos a nosotros mismos en torno a nuestras reacciones: cómo reaccionamos al ver que otra persona recibe la casa de nuestros sueños o se compra un vestido de 100.000 dólares. ¿Envidia? ¿Felicidad? Eso habla mucho sobre nosotros.

7. Soñamos con que nos suceda

¡No lo puedes negar! Tu casa es hermosa y la valoras mucho, pero también sueñas con que un programa de televisión aparezca y convierta tu cocina en una cocina de esas nuevas, a la moda, o te arme un vestidor solo para ti con el tamaño de 4 automóviles.

¿Quién no ha soñado con que vienen los conductores de No te lo pongas y le dan una tarjeta de débito con miles de dólares para cambiar el armario completo?

Son un sueño hecho realidad y, pues, verlo en televisión aumenta nuestro deseo de vivir eso en carne propia. Y, por si no fuera suficiente, saldríamos en televisión, y con nuestro carisma no tardaríamos nada en volvernos estrellas de Hollywood.

Finalmente, si bien la ciencia no ha estudiado esta temática a fondo, es probable que, al ver esas increíbles transformaciones, nuestro centro de recompensas en el cerebro libere serotonina, dopamina, oxitocina u otros neurotransmisores asociados a la euforia y la felicidad, como sucede al enamorarse o al ver películas de terror.

PUBLICIDAD

Sea cual sea la razón que te hace disfrutar de estos programas de televisión, ¡adelante! Si no te pasas 25 horas al día mirándolos, nada malo te sucederá.

¿Por qué te gustan tanto a ti estos programas? ¿Te hacen feliz? ¿Sacas tu lado malvado?