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Somníferos: precauciones y consejos a la hora de tomarlos

Hoy en día, los somníferos son una panacea contra los desarreglos del sueño, y su uso está cada vez más extendido. Si hace unos cuantos días que estás insomne, no te pierdas estos consejos para tomar somníferos sin dañar tu cuerpo.

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¿Qué son los somníferos?

A nivel farmacológico, estos productos están considerados como hipnóticos, clasificados en diferentes clases. Los somníferos más corrientes son las benzodiacepinas, que a veces se utilizan como ansiolíticos. Cabe destacar que los barbitúricos ya no se utilizan contra el insomnio, ya que generan reacciones cutáneas graves; por lo que se reservan únicamente para el tratamiento de la epilepsia.

Prescritos para una duración legalmente limitada a cuatro semanas, los somníferos no se deben utilizar de forma regular. En efecto, a pesar de su efecto beneficioso para dormir, los hipnóticos presentan igualmente defectos que pueden convertirse en nocivos para la salud a largo plazo.

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El riesgo de farmacodependencia constituye uno de los efectos secundarios inevitables, así como la alteración de la estructura del sueño. Los somníferos provocan un efecto de desequilibrio entre el sueño lento y el sueño rápido. Pueden, además, provocar efectos secundarios a la hora de despertar.

Por su parte, los ansiolíticos están limitados a doce semanas, así como las benzodiacepinas, por razón de su efecto amnésico.

Los somníferos están contraindicados en caso de embarazo y de lactancia, y son exclusivos para adultos.

Somníferos y sueño

Las nuevas fórmulas de somníferos disminuyen los riesgos de dependencia y de amnesia. Sin embargo, el tratamiento debe ser lo más corto posible e ir acompañado de una retirada progresiva. El combate contra el insomnio debe pasar por comprender sus razones, puesto que el consumo de somníferos no hace más que posponer el problema.

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Si los desarreglos del sueño son importantes, un seguimiento médico es obligado; pero si son puntuales y de poca importancia, como el estrés frente a un nuevo trabajo, por ejemplo, se puede recurrir a la automedicación con muchísimo cuidado. En las farmacias existen medicamentos sin receta a base de plantas que sirven para ayudar a conciliar el sueño. Conviene consultar con el farmacéutico para que indique si este tipo de pastillas es el más adecuado para cada caso.

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Sin duda alguna, los somníferos son algo a tener en cuenta, pero también consumirlos con respeto y con la aprobación de un médico. Siempre es mejor intentar dormir bien por nuestra propia cuenta, generando hábitos del sueño saludables.

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