Algunas tenemos más y otras menos, pero a todas nos aparece una sensación de cosquilleo cuando alguien toca determinado punto de nuestro cuerpo. Las risas se adueñan de nosotras y es mejor que sólo nos entreguemos a ellas. ¿Alguna vez te pusiste a pensar en lo extrañas que son las cosquillas? ¿Por qué las tenemos en alunas partes del cuerpo y en otras no?
¿Qué son las cosquillas?

Queremos que aprendas qué son las cosquillas. La próxima vez que vayas a hacérselas a alguien, al menos vas a saber de qué se trata. Expandí la risa ¡y conocé un poco más!
¿Por qué no podemos hacernos cosquillas a nosotros mismos?
Cuando otro toca algunos puntos de nuestro cuerpo nos provoca risa, en cambio si lo hacemos nosotros mismos no funciona. Es raro, ¿no?
Ocurre que las cosquillas pueden ser un simple reflejo a un estímulo externo. Si nos las hacemos nosotros mismos, el cerebro ya está advertido del estímulo y no funcionará.
¿Qué nos pasa en el cuerpo?
Para entender qué son las cosquillas tenemos que saber qué le pasa a nuestro cuerpo cuando las recibimos. En términos biológicos lo que ocurre es lo siguiente: las terminaciones nerviosas de la piel envían mensajes al cerebro hasta alcanzar el cerebelo (área que regula la iniciación del movimiento), y el cerebelo se activa ante el contacto inesperado. Como resultado de este contacto repentino, nuestro cuerpo produce la sensación de cosquilleo.
Podría parecer que por reírnos, las cosquillas generan una situación placentera, pero no es tan así. Si bien es un campo que aún se sigue investigando, las cosquillas no necesariamente son respuesta al placer.

Otras funciones de la risa
1. Alarma
Cuando un mosquito se posa en nuestra mano, por ejemplo, nos da una sensación de cosquilleo. En ese caso la función es de alarma y protección.
2. Conexión
La conexión que se establece, por ejemplo, entre una madre y su bebé al hacerle cosquillas existe. Ya lo dijo Charles Darwin a finales del Siglo XIX que las cosquillas pueden funcionar como un mecanismo de vinculación social.
Cuáles son las áreas más sensibles a las cosquillas
Si bien cada cuerpo tiene su zona más sensible, existen áreas que son universales. A los lados del torso, desde las axilas hasta la cintura, y las plantas de los pies son las zonas más comunes. Es raro encontrar personas que en esas áreas no sonrían frente al estímulo externo. En algunos casos los oídos, los pechos y las regiones genitales también pueden ser sensibles a las cosquillas.
Si desconocías cuáles eran las áreas más sensibles y tenes ganas de un buen ataque de cosquillas, sólo encontrá a una víctima y hacela reír. ¡No esperes más! Al final, eran un símple reflejo a un estímulo externo, ¿no?
Contanos, ¿ya sabías qué eran las cosquillas?
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