Lifestyle

¿Por qué los hombres soportan menos el dolor?

Tienes fiebre. Sin embargo, sales de la cama, preparas a tus chicos para el cole, vas a trabajar y cocinas la cena –entre muchas otras cosas, claro. Pero, esta enfermedad no solo ha aplastado tu salud, también ha arrasado la de tu marido. En su caso, el panorama parece ser desolador; lo único que le falta es escribir su testamento. Ante esta situación, es inevitable preguntarse, ¿por qué los hombres soportan menos el dolor? 

PUBLICIDAD

El arma secreta

Imagen thinkstock

Luego de siglos de debate, parece ser que el dilema de qué sexo es capaz de soportar más dolor podría estar llegando a su fin. En este sentido, investigaciones científicas recientes sugieren que el podio sería para las mujeres. ¿El secreto de la victoria? Los estrógenos. Y es que los efectos de estas hormonas se extienden más allá del aparato reproductivo. De hecho, sus poderes llegan a los centros del dolor, localizados en el cerebro, y amplían la capacidad de resistir la aflicción. Gracias a estos efectos es que, por ejemplo, las mujeres pueden sobrevivir al indescriptible dolor del parto. 

Un verdadero arte

Imagen thinkstock

Entonces, los estrógenos están de nuestro lado –de eso no hay duda. Ahora bien, esto no es suficiente para afirmar que las mujeres tienen más resistencia al dolor. Hay otros factores que inciden en la capacidad de soportar una aflicción; uno de ellos es la frecuencia a la que una persona atraviesa experiencias dolorosas –a fin de cuentas, la base de toda arte es la práctica y resistir la aflicción no es la excepción. Desde esta perspectiva, la mujer también tendría una cierta ventaja sobre el hombre. Y es que por naturaleza, el sexo femenino está condenado a experimentar al menos dolores mensuales inevitables –gracias a la menstruación y su infaltable paquete de calambres. 

Más allá de estos datos, todavía se necesitan más estudios a fin de determinar de quién es la victoria. Las evidencias obtenidas hasta ahora, sin embargo, nos permiten atisbar que tenemos bastante a nuestro favor. En definitiva, todo parece indicar que no seríamos el "sexo frágil", después de todo.