Es innegable que, a lo largo de nuestra vida, experimentemos situaciones difíciles que nos exigen fortaleza y entereza. Es cuando en realidad se pone a prueba nuestra actitud y capacidad de adaptación.
¿Por qué la resiliencia es tan imprescindible para ser feliz?

A esto se le llama resiliencia, y permite que afrontar la adversidad de la mejor manera posible. Esta conducta, además, puede ser aprendida y desarrollada para que nos lleve por el camino de la felicidad.

Ser resiliente es una cualidad que no es solamente propia de un pequeño grupo. De hecho, puede ser aprendida a través de situaciones difíciles, inclusive desde la infancia.
Aunque en algunos casos los resultados dependen de cada quien, se ha demostrado que es muy posible que tomemos lo mejor de experiencias traumáticas y las canalicemos. Al final, eso se traduce en un adulto con fortaleza y capacidad de resolución de problemas.
Sea desde la niñez o una edad más avanzada, está comprobado que la resiliencia nos dará las herramientas necesarias para no retroceder ante las dificultades. Pero ¿qué podemos hacer para desarrollar esta conducta? Esto es lo que necesitas.
1. Mira el lado positivo

Trata de ver lo mejor de cada situación, así sea la más dura, así permanecerás positivo con lo que ha ocurrido en tu pasado, lo que vives en tu presente y lo que sucederá en el futuro.
2. Construye una red de apoyo
Desde niños contamos con figuras de autoridad típicas, como nuestros padres y los maestros, pero al crecer podemos ampliar nuestras conexiones con amigos. Contar con un grupo de personas que te inspiran a ser mejor cada día es un tesoro que debemos cuidar.
3. Ayuda a los demás

Ayudar a otros también es una acción que nos acercará más hacia la resiliencia, ya que desarrollamos la empatía. Además, nos sentiremos muy bien con nosotros mismos.
- Ver también: «7 hábitos que debemos aprender de las personas optimistas»
4. Cuídate
Recuerda que debes cuidar de ti mismo. Cada detalle cuenta, desde dormir las horas necesarias o comer lo que más te gusta, hasta practicar tu pasatiempo favorito. De esta manera, podrás controlar el estrés y los pensamientos negativos, oxigenarás tu cerebro y podrás sentirte con más energía.
Ser resiliente es posible, siempre y cuando tengamos el compromiso para lograrlo. ¿Qué dices?
- Ver también: «Qué pasa en el cerebro de una persona con depresión»









