Así como ayer dábamos una introducción general al masaje sueco y a sus características generales, hoy nos meteremos un poco más de lleno en esta interesante y completísima técnica de masaje. Esta vez hablaremos de sus movimientos más utilizados, para que puedas practicarlo en tu casa aunque sea de una forma llamémosle amateur.
Movimientos del masaje sueco

El Effleurage es el movimiento más común del masaje sueco. Tal como decíamos ayer, este masaje intenta ir en sentido contra-circulatorio, para así hacer que el corazón trabaje mejor. Pues bien, el Effleurage es un movimiento que va “de abajo hacia arriba”, o sea, en piernas o brazos llegando hacia la base de los mismos. Esto ayuda a relajar y a calentar los músculos, y es el primer paso para aplicar masaje sueco.
Un segundo movimiento es el Petrissage, el cual se caracteriza por ser similar al movimiento que hacemos al amasar. A través de él el músculo, al ser trabajado de forma puntual, pasa a una segunda fase de relajación más intensa que la conseguida con el Effleurage.
La fricción profunda, la presión de puntos y los rodillos son masajes que se aplican alternativamente en todo el cuerpo. La primera consiste en la aplicación de movimientos circulares para la tensión; la presión de puntos se define por su nombre, pues consiste en la aplicación de presión en zonas con dolor, para lo cual utilizamos el dedo pulgar; finalmente, los rodillos implican un suave pellizco sobre la piel como enrollándola.
El Tapotement, finalmente, consiste en una percusión de palmas con las manos cerradas y enroscadas. La espalda es el lugar donde generalmente se aplica el Tapotement, y se aplica en general al final del masaje junto al cepillado con los dedos, suaves movimientos con las yemas de los dedos que se deslizan suavemente sobre todo el cuerpo del paciente para relajarlo.
