Moonlight es la segunda película de Barry Jenkins y se llevó el premio a mejor película del año, mejor guion adaptado y mejor actor de reparto para Mahershala Ali. Sin dudas ha dado mucho de qué hablar desde su estreno y ha sido muy elogiada, ¿por qué ha tenido tan buena recepción?
Moonlight: una historia que cuenta mucho más que el transcurso de una vida

Es una película que cuenta mucho más que el transcurso de una vida como acumulación de momentos: retrata los problemas que se enfrenta una persona perteneciente a una minoría, el conflicto de un joven que está descubriendo su sexualidad, el acoso escolar y las rupturas familiares por causa de las drogas, entre otros temas latentes en la actualidad. Y estos temas se pueden apreciar sutilmente, sin sentir que hay una sobrecarga de acciones y emociones. Una historia de vida contada de una forma sencilla con temas que nos atañe a todos, quizá por ahí esté su éxito.
La película nos muestra la historia de Chiron en tres etapas: infancia, adolescencia y adultez; y durante su crecimiento él va construyendo su identidad en un entorno hostil y conflictivo. Chiron en su infancia sufrió el acoso de sus compañeros, la indiferencia y el maltrato de su madre drogadicta y la segregación por su personalidad introspectiva. Y en esa soledad conoció a Juan (un traficante) y su novia, quienes le dieron sobre todo apoyo emocional.
Era un niño tímido y callado que en su adolescencia, después de ser golpeado por su amigo, se revela contra una realidad opresora. De adulto se convierte en un traficante de drogas y en un ser que aparenta ser fuerte. Un personaje que de inmediato genera empatía: deseamos que pueda dejar atrás su infancia trágica.

“¿Quién eres tú, Chiron?”, le pregunta Kevin, su amigo más cercano y al que no veía desde hace años, cuando se entera de su profesión. Kevin esperaba encontrarse a otra persona, y en realidad él tenía la respuesta a su pregunta, que la dice poco segundos después, pero refiriéndose a él mismo: “Nunca fui yo mismo, siempre fui lo que la gente pensó que tenía que ser”.
¿Qué posibilidades tenía Chiron de modificar su realidad y construir un mundo distinto al que conocía? ¿Podía elegir otro camino? ¿Cómo construyó su identidad?

Él eligió ser lo que conocía como lugar seguro, pero lo cierto es que al final, él y cada uno de nosotros hemos optado (o mejor dicho optamos todo el tiempo) lo que queremos ser. Y de eso trata la película. En un mundo donde existe la homofobia en cualquier esquina, la discriminación se manifiesta en cualquier forma y la lucha por los derechos humanos es algo cotidiano, hay personas, muchas veces ante el peor panorama, que están en la búsqueda de saber quiénes son y de encontrarle un sentido a sus vidas.
¿Cómo saber quiénes somos cuando hay discriminación de género, física o social? La autoaceptación es la respuesta que nos deja Moonlight, y que además nos recuerda que somos lo que elegimos ser. Y al haber autoaceptación hay convicción y orgullo, el mejor escudo contra las adversidades.

Chiron decidió elegir el camino de la persona que tenía como ejemplo (Juan, el narcotraficante), pero podría haber canalizado su odio siendo todo lo contrario a lo que siempre recibió de las personas. “Sé que no supe quererte cuando más necesitabas que te quisiera”, le dice su madre arrepentida. Y si bien la falta de cariño y atención fueron determinantes para sus erradas elecciones en la vida, opta por abrazarla y perdonarla. Señal de que las elecciones se dan cada minuto.
El niño acosado por sus compañeros, el adolescente golpeado y discriminado por su orientación sexual, el adulto que esconde su identidad en una coraza: Moonlight es una historia de vida que hay que ver más allá de los grandes premios que obtuvo.








