Finalizado el Festival de Cine de Venecia, la época de premios comienza con vistas a caldear la espera de la próxima ceremonia de los Óscar, la cual se celebrará el próximo 26 de febrero en Los Ángeles. Unos meses en los que diversos títulos se colarán en las quinielas y se llevarán parte de los elogios de la crítica, si bien esta podría haber encontrado ya a su favorita: Moonlight, la película sobre un afroamericano gay que inspira en los festivales dado su potencial en temáticas como el racismo o la homofobia en tiempos tan convulsos como los actuales.
Moonlight: la película sobre un afroamericano gay que está inspirando al mundo

Moonlight, la segunda película de Barry Jenkins, abarca un tema tan espinoso como es la temática LGBT en el mundo afroamericano, apostando por un retrato que muchos ya tildan de fascinante pero, ante todo, inspirador.
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Explorando tabúes
Rolling Stone la ha calificado de "obra maestra". "Moonlight ofrece una visión fascinante, incluso claustrofóbica, de la vida de los negros en en América", aseguraba IndieWire.
Por su parte, Variety quedaba convencida, confirmándola como "un precioso estudio íntimo de personajes, que argumenta con firmeza que la identidad afroamericana es demasiado compleja para ser reducida a los endebles estereotipos que tan a menudo se ven en pantalla".
Todas estas críticas entusiastas hacen referencia a Moonlight, película de la productora independiente A24 dirigida por Barry Jenkins y exhibida estos días en los festivales de Telluride y Toronto, donde muchos ya han quedado deslumbrados por la que podría ser LA película de los próximos Óscar.
Más que una película

Moonlight ahonda en los tabúes en torno a la homosexualidad en gran parte del sector afroamericano, en concreto en Miami, ciudad en la que se ambienta la historia de Chiron (Trevante Rhodes), un niño criado por un cartel de la droga (Mahershala Ali) y una madre adicta al crack (Naomie Harris), martirizado durante toda su infancia por su supuesta homosexualidad.
La película explora tres fases de la vida del protagonista: infancia, adolescencia y madurez, última etapa en la que Chiron debe lidiar con los convencionalismos y el amor por el joven afroamericano que le introdujo en su despertar sexual, Kevin (André Holland).
Basado en la obra de teatro In Moonlight Black Boys Look Blue de Tarell Alvin McCraney, Jenkins ha creado un guión en el que hay espacio para narrar las miserias y humanidades de los diferentes personajes atrapados en ese microcosmos de prejuicios, violencia y tabúes que sigue siendo el ghetto afroamericano de Estados Unidos pero, también, en un mundo en el que el racismo y la homofobia sigue aún latente.
La película se estrenará en Estados Unidos el próximo 21 de octubre, siendo ya una de las favoritas a arrasar en la temporada de premios.
En un año en el que el #BlackLivesMatters, el tiroteo de Dallas o la masacre del club gay Pulse de Orlando han estremecido al mundo, posiblemente más de uno pueda encontrar más de una respuesta en Moonlight, cinta que confirma el potencial del séptimo arte para explorar tabúes tan arraigados en la sociedad actual, destriparlos y exponerlos ante un público ávido de historias, de reflexiones.
Porque en un mundo todavía definido por la intolerancia, pensar que todos también podemos ser azules es algo incluso necesario.







