Las causas de los calambres musculares

Una de las principales causas de los calambres musculares es la deshidratación. Cuando os entrenáis y no os hidratáis bien durante el esfuerzo, es frecuente que los músculos se contraigan más de lo necesario. Esto es lo que provoca los calambres musculares.

Los calambres musculares pueden aparecer con la realización de cualquier tipo de ejercicio o movimiento. Otra causa de los calambres musculares es la falta de minerales y de nutrientes. La ausencia de magnesio en el cuerpo está relacionada con la aparición de dolores y de calambres musculares. Sin embargo, se ha demostrado que las tasas débiles de potasio y de calcio conllevan calambres musculares más frecuentes.

Para determinar la causa de los calambres musculares, conviene acudir a un médico para efectuar un balance sanguíneo y comprobar las tasas de estos diferentes nutrientes. Los calambres musculares pueden ser igualmente el síntoma de una enfermedad. Muchas enfermedades provocan calambres musculares como efecto secundario. Estas enfermedades son concretamente el hipotiroidismo, la esclerosis en placas, la insuficiencia renal y el alcoholismo.

Tratar la enfermedad o el desarreglo que provoca estos calambres es necesario para parar los espasmos musculares. El embarazo es otra de las causas de los calambres musculares. Cuando una mujer está embarazada, sufre generalmente retención de agua y aumenta de peso. Estos dos factores pueden provocar calambres musculares.

La hidratación es esencial para prevenir estos espasmos que afectan regularmente a las mujeres durante su embarazo. Otra causa de los calambres musculares son las lesiones nerviosas. Cuando el nervio está inflamado, es totalmente normal que los espasmos musculares se produzcan, porque el nervio está unido a los músculos. Esto suele ser corriente en personas que presentan, por ejemplo, una hernia discal a nivel de la columna vertebral, que se apoya sobre el nervio y lo inflama.

Esto provoca calambres en los músculos de la espalda. Los calambres musculares pueden ser debidos igualmente a una inflamación del intestino, a cálculos renales, a la enfermedad de Cronh, a una inflamación del páncreas o a una colitis ulcerosa. Cuando los calambres son generalizados sobre el conjunto del cuerpo, las causas pueden incluir fiebre, epilepsia, inflamación de las meninges, broncoespasmo y asma.

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