La adolescencia suele ser una de las etapas más complicadas del ser humano. Es el momento en el que no sabemos cómo nos sentimos o qué es lo que realmente queremos para nuestras vidas. Por este motivo, no solemos llevarnos bien con las autoridades como nuestros padres o docentes.
Este niño quería irse de su casa pero la policía lo impidió de la mejor manera

El caso de Cameron parecía no ser la excepción. Con tan solo 13 años tuvo una fuerte discusión con su madre, por lo que llamó a un oficial de la policía que era muy cercano a él, para decirle que no podía seguir viviendo allí y que planeaba huir.
Al recibir la llamada, el oficial Acerra, lejos de restarle importancia, se dirigió hasta la casa de Cameron y se dio cuenta que no era un simple capricho adolescente.
Una triste realidad
Cameron y su madre se habían mudado hace poco a Texas, y ese cambio les había traído unas cuantas complicaciones financieras, por lo que debieron sacrificar algunas comodidades, una de ellas eran los muebles.
Para la sorpresa del oficial de policía, algunos de esos muebles eran los de Cameron, quien no tenía una cama en su habitación. El pequeño dormía sobre un colchón de aire averiado. Este triste realidad le generaba al pequeño Cameron varios dolores de espalda.
El gran acto del oficial Acerra
Al enterarse de esta situación, Acerra sentía que debía hacer algo al respecto. Primero convenció al joven de permanecer en su casa y de hacer las paces con su madre, mientras tanto él buscó una forma de ayudarlo. A la semana siguiente no solo le compró una cama, sino también un escritorio y un Nintendo Wii, que si bien no era indispensable era una bonita forma de hacerlo sentir a gusto en su casa.
El oficial estaba verdaderamente conmovido:
«Pensé en las pequeñas cosas que él necesitaba y que yo podía darle para hacerlo un niño más feliz. No hice esto por publicidad o para que la gente me notara. Lo hice porque podía, era lo correcto y creo que es lo que todos deberíamos hacer en una situación como esta.»
Una vez más, los pequeños gestos nos enseñan que aún hay posibilidades de salvar a una sociedad que está inmersa en el resentimiento. Las malas noticias tienen mucha repercusión, pero no todo está perdido, a diario hay personas como Acerra cambiando la vida de otros con gestos pequeños y sin medios de comunicación alrededor.
Dejemos de ver todo lo que está mal y enfoquémonos en todo aquello que está bien y puede ser mejorado. El cambio está en nosotros.








