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En Europa se están replanteando el 'empleo' de edecanes en eventos deportivos ¡Y nos encanta!

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Al otro lado del mundo ya se está discutiendo sobre si las azafatas, o edecanes como las conocemos en Latinoamérica, son necesarias en la entrega de premios durante el ciclismo, carreras de automóviles y en general en cualquier premiación deportiva. 

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El Tour Down Under de Australia fue uno de los eventos deportivos que marcó esta pauta, a inicios del 2017 sus organizadores decidieron que dejarían de usar edecanes para coronar a los ganadores, entendieron que su presencia fomentaba el machismo, además de que era denigrante para ellas y para las demás mujeres. A esta acción le siguieron otros eventos deportivos.

Esta vez, Unipublic, la empresa organizadora de La Vuelta a España, decidió unirse a este cambio en el mundo del deporte y ya implementó algunos cambios a la hora de entregar los premios a los ganadores.

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Para su siguiente evento, en agosto del 2017, las edecanes sí continuarán entregando trofeos y ramos de flores, pero con la diferencia de que esta vez colaborarán con ellas otros hombres. Además nada de besos de protocolo, nada de vestimentas que busquen sexualizar a las edecanes, en cambio usarán una vestimenta más casual y deportiva. Tampoco se permitirán las lluvias con alcohol, como el champagne, sobre ellas.

Estos cambios en el deporte abrieron el debate, dieron un paso que nadie se había atrevido a dar y es que el uso de edecanes ha sido tradición por tantos años que muchas personas no logran ver el problema de sexismo en él.

Recordemos que no por ser tradición milenaria está en lo correcto. El deporte está plagado de machismo y de misoginia. Y no sólo el deporte lleva esta carga en sus hombros, en diversos ámbitos de la sociedad se utilizan a las edecanes para vender tarjetas de crédito, celulares, para entregar propagandas en la calle, en fin, el uso de este recurso sigue reproduciendo la idea de que las mujeres somos un objeto de consumo ante la cartera de los hombres. En otras palabras: "La que no enseña no vende".

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En algún momento de mi vida fui edecán, precisamente a inicios de la Universidad trabajé en algunos eventos sonriendo y usando tacones durante ocho horas seguidas.

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No voy a negar que la paga es muy tentadora, por eso puedo entender que aún hay muchas mujeres que eligen este empleo que de "fácil" no tiene nada, aunque muchos lo perciban así. "Te pagan un dineral por sonreír".

Sin embargo, hay actitudes que no dejan de ser incómodas para nosotras, por ejemplo:

#1 Las fotos

Nunca falta el hombre que se acerca a tomarse fotos contigo, y bueno, seguro pensarán que para eso una se "renta" y no. No nos pagan para posar con desconocidos mucho menos para ser abrazadas y tocadas, pero para eso el siguiente punto.

#2 Los "abrazos" incómodos

No les basta la foto que presumirán en su Facebook con "dos viejotas", hay que abrazarlas, y no es cualquier abrazo, esa forma de restregarse en ti y de tomar tu cintura baja, créanme que es asqueroso y muy incómodo.

#3 Los besos

Después del arrimón y de la foto, siguen los besos innecesarios, como si se despidieran de una amiga de años. De verdad que no hay necesidad de eso.

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#4 Los uniformes

Cuando trabajé de edecán pensaba "me están pagando para verme guapa frente a todos", sin embargo nadie me dijo que hay una delgada línea entre verte presentable y cosificarte con un mini vestido.

Quienes han trabajado o trabajan de esto, saben lo incómodo que resulta siquiera caminar con un vestido, falda o short que apenas te cubre el trasero. Así como el mega escote obligatorio. Y ni hablar de los tacones de mínimo 12 centímetros que debes soportar durante horas sin quejarte o mostrar alguna señal de incomodidad.

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#5 Las miradas lascivas

Seguro muchos siguen pensando "pues para eso te pagan", pues no, nadie le paga a una edecán para ser acosada por miradas masculinas como si en vez de una persona, se tratara de un platillo que se antoja a la vista.

Entiendo que este tema resulta incómodo para muchos sectores en la sociedad, pero si queremos mejorar en materia de igualdad y equidad de género, hay prácticas como el uso de mujeres en minifalda para absolutamente todo que podrían cambiarse, justo como una medida que prevenga las prácticas machistas.

Europa y Australia ya pusieron ejemplo y esperamos que en Latinoamérica también se abra el debate.

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