Lifestyle

El dinero no hace la felicidad, pero ¿comprar experiencias te hará más feliz?

Imagen Pexels

En el mundo de la gratificación instantánea, donde un like «forja nuestra personalidad», nuestro perfil de Facebook muestra «cómo somos», Instagram «mide» nuestra popularidad y tener el último iPhone nos da «status», nos olvidamos de vivir y de lo valiosas que son las experiencias.

PUBLICIDAD

Además, hemos olvidado lo verdaderamente importante:  el significado del amor y de la amistad. Las charlas en un café se convirtieron en pequeñas intervenciones cuando se corta la red wifi, y las tardes de risas entre amigos han disminuido por las obligaciones de este mundo demandante.

Ni que hablar de los viajes familiares, que se convirtieron en cacerías de selfies en los que es más importante lo que mostraremos que lo que estamos a punto de vivir.

Compra recuerdos, no compres diamantes

Imagen Pexels

No todo está perdido, lo juro, simplemente debes efocarte en lo que importa. Deja atrás las compras innecesarias, olvida las zapatillas nuevas o el smartphone última generación. Después de todo, tus compras no van a ser tan importante como las experiencias compartidas con tus seres queridos.

Cuando envejecemos lo único que nos queda son nuestros recuerdos, las experiencias vividas y los relatos de nuestras aventuras. Eso es exactamente lo que debemos «comprar». No se trata de comprar en el sentido literal de la palabra, se trata de pensar menos en lo material e invertir más en momentos con tu familia y amigos.

¿Necesitas tanto un auto nuevo? ¿Realmente debes mudarte a una casa más grande o puedes invertir ese dinero en nuevas experiencias, como viajar con tu familia?

¿Qué dicen los estudios?

Imagen shutterstock

Los resultados de un estudio realizado por la Universidad de Cornell demuestran que los millennials somos influenciados por los medios a consumir en exceso, lo que nos encadena a las tendencias de la moda y nos desmotiva si no podemos tener acceso a esos productos.

PUBLICIDAD

Por otra parte, una investigación de la Universidad de San Francisco reveló que las personas somos lo que vivimos y que a raíz de eso construimos nuestras relaciones. Para la investigación se le dio dinero a un grupo de personas para que compraran lo que quisieran. Las personas que compraron bienes materiales se arrepintieron de su compra porque hubieran preferido invertirlo en una experiencia.

¿Qué podemos concluir de ambos estudios? Debemos consumir lo que nos da felicidad, no status.

«Compramos cosas para hacernos felices, y lo logramos. Pero solo por un tiempo. Las cosas nuevas nos emocionan al principio, pero luego nos adaptamos a ellas. No estoy diciendo que nunca debe recompensar un par de semanas difíciles en el trabajo con un nuevo equipo y una noche fuera, pero nuestras mayores inversiones deben ir hacia experiencias que crean recuerdos de toda la vida en lugar de un elemento que perderá su factor "cool" en Algunos años (si es suerte)», dijo un miembro de la Universidad de Cornell.
Imagen Shutterstock

Hay una idea colectiva de que somos lo que tenemos, pero esa idea está muy lejos de la realidad. Las cosas materiales no nos definen, ellas son efímeras, sin embargo la memoria nunca muere.  Nuestras vivencias nos definen, las lecciones aprendidas delimitan nuestras acciones, y los tropiezos que tenemos nos hacen más fuertes.

Dejemos de usar la tarjeta de crédito pensando que eso nos va a llenar el alma. Comencemos a llenar nuestro corazón de recuerdos, comencemos a aventurarnos al mundo, y olvidemos esa zona de confort que nos condiciona. Estamos hechos para ser felices, ¿por qué posponerlo?