Entre los diversos tipos de alergias que existen, se puede contar la alergia a las gramíneas, que es una de las más comunes sobre todo entre la época de primavera y verano. Por la sintomatología que presenta está muy relacionada con la fiebre del heno y con el asma.
Alergia a las gramíneas

La causa más común y extendida de la alergia a las gramíneas es el polen, pues sus partículas son tan pequeñas que es muy fácil que entren en contacto con el cuerpo y funcionen como un alérgeno en personas sensibles.
La primera señal de este tipo de alergia son los problemas respiratorios, cuya manifestación principal es una tos seca y dolor de garganta debido al esfuerzo que se hace para toser. Asimismo, se experimentan dificultades respiratorias, pues el paso del aire se ve restringido por la inflamación de las vías respiratorias.
En algunos casos pueden aparecer picazón y zonas rojas en algunas áreas del cuerpo, y también breves episodios de fiebre, lo que indica la presencia de bacterias o virus que agravan la alergia.
La mejor forma de evitar que se produzca este tipo de alergia es no exponerse al agente alérgeno -en este caso el polen-, y los médicos recomiendan contar con un aire acondicionado para aclimatar la casa en estas épocas y de esta forma no abrir las ventanas por donde podría entrar polen.
De todos modos si la alergia ocurre, lo más recomendable es que asistas al médico y atiendas al tratamiento para disminuir los molestos síntomas.









