“Si algo puede salir mal, probablemente saldrá mal”, dicen las leyes de Murphy y existen múltiples situaciones que nos hacen creer que realmente existen.
6 situaciones típicas (y desesperantes) que nos vuelven LOCOS

Para que no te sientas solo, hicimos un listado de esos momentos de la vida cotidiana que son tan típicos como desesperantes. ¡No estás solo! Paciencia...
#1 En el transporte público
Nunca falta esa persona que escucha música sin auriculares en el colectivo para el deleite de nuestros oídos. La mujer que está parada al lado de tu asiento y te pega en la cabeza con la cartera durante todo el viaje. El que ocupa su lugar y la mitad del tuyo. O los que reservan un espacio exclusivo ¡para su mochila! Y siempre están los que se suben al tren o al subte sin esperar a que los de adentro bajen primero. ¡Genios!
Pero entre todos estos seres, hay una especie que es todavía peor: los que ven subir a un abuelo o a una chica embarazada y, de repente, caen en un sueño profundo. ¡Por favor!
#2 Cuando no te dejan dormir
Si tuviste un día agotador y te decidiste a dormir una siesta, nunca falta el que aparece para evitarlo. Probablemente, apenas te acuestes alguien te va a llamar por teléfono ¡y más vale que lo atiendas! Su nivel de insistencia es desesperante.
¿Pusiste el celular en silencio para evitarlo? Yo no estaría tan tranquilo... siempre hay mosquito revoloteando a pocos centímetros de tus oídos, un principiante de batería en el departamento de al lado o un vecino con muchas ganas de remodelar su casa a martillazos. Pfff… ¡Por favor, quiero dormir!
#3 ¿Por qué nadie cambia el papel higiénico?
¿Alguna vez te pasó de ir al baño y, en el peor momento, darte cuenta de que NADIE había cambiado el papel higiénico? Hermoso, ¿no?
¿O de ir a lavarte los dientes a la mañana en medias y que el que se duchó antes no haya secado el piso? ¿Intestaste dormir con los disparos fuertes de una película de acción de fondo?
Vivir en familia no es tarea sencilla (lo sabemos) pero, paciencia amigo, paciencia.
#4 En el supermercado
Estamos convencidos de que sos una persona respetuosa, que jamás te colás en una fila, que no dejás tu changuito varado justo en el medio del pasillo, y que por nada del mundo usás la caja rápida si llevás más de 10 productos. Es obvio que tampoco sos de los que están por pagar y se acuerdan que les falta agregar el shampoo, la leche, el pan y medio supermercado, ¿no?
Por el bien de todos ¡decinos que no sos uno de ellos! ;)
#5 Vísteme despacio, que estoy apurado
La puntualidad no es lo tuyo, pero realmente lo intentás (aunque ya nadie te crea) y cada vez que estás por salir de tu casa, te pasa algo diferente.
¿Dónde están las llaves? Cuando ponés un pie en la calle, con suerte te acordás de que te olvidaste de algo y volvés a buscarlo. Media hora después, por fin llegás a la parada del colectivo. Entonces, ves pasar a todas las líneas de colectivos menos a la tuya. Y si pasa, seguro que no te para. ¿Qué hice para merecer esto?
#6 El servicio meteorológico A VECES tiene razón
El servicio meteorológico anunció tormentas fuertes, pero cuando te levantaste había un sol tremendo, entonces seguro se equivocaron una vez más...
¿Lavaste el auto ayer o saliste sin paraguas? Es ley, unas horas más tarde va a granizar.
Si, al contrario, sos fiel a la meteorología, probablemente también te lleves una gran sorpresa: sos el único en la calle que lleva un paraguas gigante cuando deberías haber optado por un protector.
Estas situaciones nos vuelven locos a todos, así que tranquilo ¡no estás solo! Murphy también decía: “Si algo no puede fallar, lo hará a pesar de todo” . ¿La solución? No desesperarse, cambiar de aire y tener mucha, pero muuucha calma.
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