El pasado viernes 28 de abril, la Cámara de Diputados aprobó en México el uso de la marihuana con fines medicinales, terapéuticos y científicos.
10 creencias sobre la marihuana, ¿mito o realidad?

Esto no significa que la posesión de marihuana haya dejado de ser ilegal en nuestro país, sin embargo se abrieron nuevas posibilidades de investigación, con lo que probablemente se acabarán algunos mitos sobre esta controvertida planta.
Aquí te presentamos algunas verdades y mentiras alrededor de esta sustancia:
#1 Causa pérdida de la memoria
Mito: Lo primero que nos dicen acerca de su consumo es que la marihuana hace que pierdas la memoria. Sin embargo, no existen pruebas que sostengan que afecta la memoria a largo plazo. Se tienen evidencias de que afecta a memoria a corto plazo, es decir, mientras estás bajo los efectos de ella.
Lo que sí está confirmado es que puede bajar el CI en menores de edad debido a que su cerebro no está del todo desarrollado.
#2 Empeora los problemas mentales
Mito: Los episodios violentos o conductas criminales suelen asociarse al consumo de alcohol o drogas. Sin embargo, la marihuana no suele ser un detonante. Es decir, un asesino o violador no cometerá crímenes tras consumir marihuana. En cambio el alcohol o la cocaína sí pueden agravar las condiciones psiquiátricas (como la esquizofrenia) de un sujeto.
Por el contrario, científicos de la Escuela de Medicina de Keele, un equipo de la Universidad de Meryland y la Universidad de Inie en Corea del Sur señalaron que la marihuana puede relajar algunos trastornos mentales.
#3 Puedes desarrollar cáncer
Mito: Quienes consumen marihuana no inhalan la enorme cantidad de aditivos tóxicos de los cigarrillos, sólo consumen el producto natural de la planta cuyo único procesamiento es el secado de las hojas.
Fumar marihuana no causa daño a los pulmones ni afecta a los que están junto a ti. Según un estudio de la Universidad de California, en San Francisco, EE.UU., los fumadores de marihuana tienen los pulmones y funciones respiratorias mucho menos dañadas que los consumidores habituales de tabaco.
#4 Contrarresta los efectos de la quimioterapia
Realidad: Al ser una sustancia antiemética, evita el vómito y las náuseas. En países como Israel o Estados Unidos es indicada con el objetivo de activar el sistema inmunológico, es por ello que ahora se utiliza para controlar los efectos de la quimioterapia.
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#5 Estimula la la creatividad
Mito: La cannabis es una sustancia que incrementa la proporción entre las señales visuales y auditivas. Como afecta la percepción, que es la reacción psicológica a los estímulos sensoriales, la gente cree que decodifica mejor las cosas, pero no es así: capta exactamente igual. Aunque no descartamos la idea de que a algunas personas les gire más la ardilla en cuestiones creativas que cuando no fumaron.
#6 Mata neuronas
Mito: Es raro que ocurra, pero los consumidores pueden sufrir paranoia, manías persecutorias o pánico durante el consumo, mas no padecen consecuencias asociadas a la muerte neuronal —aunque sí a la transformación de las celdas, que no es lo mismo.
# 7 Previene convulsiones
Realidad: Los efectos relajantes de esta planta a nivel muscular y sus efectos antipasmódicos reducen las probabilidades de tener convulsiones.
#8 Disminuye el malestar del síndrome pre menstrual
Realidad: Esta planta ha probado ser altamente efectiva en la disminución de los dolores y malestares físicos ocasionados por el síndrome pre menstrual.
#9 Puedes morir de una sobredosis
Mito: No hay evidencias que alguien alguna vez haya muerto por sobredosis de marihuana. Estudios llevados a cabo en ratones revelaron que son necesarios muchos cannabinoides en el cuerpo, algo así como 40 mil sobre 1 para causar sobredosis. Comparado con la proporción de alcohol y tabaco que es 4 sobre 1 y 10 sobre 1 respectivamente.
#10 Causa adicción
Mito: No existe ningún componente químico en la cannabis sativa capaz de generar una dependencia física en el organismo, la adicción es mal entendida y transcurre por un camino muy diferente. Lo que en verdad cuesta abandonar es el hábito de fumar cannabis, aspecto en el que no hay una tendencia fisiológica que incida.
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