«Una sonrisa es el mejor accesorio»: esta es una frase que debes haber escuchado muchas veces. Pero la mayoría de nosotras no la creemos; confiamos más en los resultados de la cirugía plástica o en los trucos de maquillaje para resultar más atractivas. Sin embargo, estas pueden ser opciones poco saludables. Esto ha sido así por siglos: los egipcios fabricaron un delineador que contenía plomo, algo peligroso para la salud; a principios del siglo XX, las personas se aplicaban una crema nocturna con radio para alcanzar un brillo saludable, un truco de belleza aun peor, escribe Alex Jones en la introducción de un estudio de su autoría, en el que investigó los rasgos que resultaban generalmente atractivos para las personas.
Ni cirugía plástica ni trucos de maquillaje: para resultar atractiva solo debes sonreír, según la ciencia


Hoy en día, la solución más extendida ante el envejecimiento facial son las inyecciones de uno de los químicos más letales para el ser humano, conocido bajo la marca Botox. Jones, que es psicólogo e investiga para la Universidad de Swansea en Reino Unido, concluye que la búsqueda de un rostro bonito siempre ha estado enmarcada en un determinado riesgo de salud.
Por eso es importante dar a conocer alternativas para hacernos más atractivas sin ponernos en riesgos innecesarios. La ciencia ha intentado desde hace un buen tiempo responder a estas preguntas: ¿Es la belleza psicológica u objetiva? ¿Es cuestión de rasgos faciales, de salud o de actitud? ¿Qué es lo que nos hace parecer más bonitas?

La sonrisa es el accesorio más bonito, según la ciencia
Jones explica que los rostros que aparentan ser más saludables también parecen más atractivos para el público en general. Por ejemplo, se ha comprobado que votamos por políticos que aparentan ser más sanos; un rostro que aparenta salud tiene más probabilidades de resultar amigable. Algunos rasgos que los humanos interpretamos subconscientemente como marcadores de salud, pero no lo son, son las formas de nuestra cara con las que nacemos y que no podemos cambiar. Solemos interpretar la asimetría como poco atractiva porque, dada la evolución, no la encontramos saludable y apta para procrear. Lo mismo sucede si tu rostro es muy diferente al de la población general. Pero hay rasgos cuya belleza puedes aumentar a través de tus acciones.

En un estudio publicado en la revista científica Evolution & Human Behavior se comprobó que una dieta saludable producía una apariencia más atractiva. Solo la dieta rica en frutas y vegetales contiene los suficientes carotenoides como para dar un pigmento ligeramente dorado a la piel; el estudio comprobó que este color resultaba más bello, aun comparándolo con el de personas que estaban bronceadas pero no tenían esta pigmentación. La diferencia es mínima, pero ahí estaba.
Más allá de la dieta o de los hábitos de salud que adoptemos, parece haber una solución mucho más sencilla y completamente gratis, que, además, tarda menos de un segundo en lograrse: una cara sonriente suele ser vista como más saludable y, por tanto, más atractiva. Sonreír, comprobó el estudio de Jones, resulta más atractivo que usar maquillaje, lucir joven o tener un color saludable en la piel o un índice de masa corporal considerado sano: «una prueba científica de que la sonrisa es realmente el mejor accesorio», escribe el autor.

Pero ¿qué tiene que ver la sonrisa con la salud? Psicológicamente, un ser humano sonriente aparenta más sano porque simplemente no se suele sonreír durante la adversidad de una enfermedad, el dolor o la incomodidad en el cuerpo. Pero, además, una sonrisa indica mejor disponibilidad para conocer gente: una persona que en general sonríe tiene más probabilidades de tener una vida social sana, según han comprobado algunos estudios, explica Jones. En un estudio, los estudiantes que en el primer año de la universidad sonreían en sus fotos de Facebook reportaban mejor vida social cuando se graduaban algunos años después. La relación puede ser doble: al sonreír, te haces más cercana a la gente que te rodea, pero también puedes sonreír porque estás acompañada de personas a las que quieres.
Además, la sonrisa puede ser una gran herramienta para engañar a tu cerebro en situaciones difíciles: sonreír durante experiencias estresantes puede ayudar a calmar tu frecuencia cardíaca.

La relación entre la sonrisa y la belleza relativa de las personas también puede ser doble. En otro estudio, publicado en Cognition and Emotion, los participantes evaluaron los rostros sonrientes como más atractivos, pero también les resultaba más fácil ver los rostros que les resultaban atractivos como más felices. La ciencia demuestra, entonces, que los humanos vinculamos fuertemente, sin darnos cuenta, la felicidad aparente con la belleza subjetiva.
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