Hace una semana, Kylie Jenner volvió a subir una foto de sus adoradas manos a Instagram, cubiertas por anillos de Lorraine Schwartz, diseñadora de joyas para varias celebridades, incluidas Cardi B, Rita Ora y Blake Lively. Lo que más nos llama la atención, de todas formas, es su manicura perfecta.
Luce unas uñas como las de Kylie: consejos efectivos para dejar de mordértelas

Sabemos que Kylie consigue el look de sus manos usando uñas postizas, especialmente las de estilo ataúd, tan de moda en los últimos tiempos. Es posible, también, conseguir una forma parecida tan solo limando las uñas. Pero, para llegar a eso, primero hay que lograr tenerlas largas.
Cómo dejar el hábito de comerte las uñas

Morderse las uñas puede resultar en varios problemas de salud, por lo que es necesario darle importancia a este tema desde una perspectiva no solo estética, sino también preventiva. Este hábito puede dañar no solo la salud de tus manos, sino la de tu boca y la de todo tu cuerpo, dado que al morder las uñas pasas bacterias de la boca a tus manos y de las manos a la boca, lo que te pone en riesgo de contraer infecciones. Además, puedes lastimar tus manos y dificultar que te crezcan las uñas, o tus dientes.
Para algunos, comerse las uñas es simplemente un hábito grabado en sus músculos: las manos parecen moverse solas hacia la boca. Otras personas parecen comerse las uñas en momentos de nerviosismo. Para otros puede ser, según Medical Daily, un síntoma de trastorno obsesivo compulsivo. Es decir, puede ser una actitud parecida a la de acomodar todo el tiempo las cosas sobre tu escritorio: necesitas “arreglarte” todo el tiempo las uñas.

En mi caso, noté que lo último era más cierto que lo primero. Tenía necesidad de quitarme los restos de piel sobrante, y me generaba una especie de placer ver mis manos sin ellos. Y, sin embargo, estos restos de piel seguían saliendo, las uñas volvían a tener puntas salidas, porque me las seguía mordiendo. El hábito se alimentaba a sí mismo. También era una forma de lidiar con la ansiedad de algunos momentos.
Voy a ofrecer consejos que van más allá de mantener las uñas cortas (porque sabemos que la falta de material nunca ha parado a quien de verdad quiera morderse los dedos) y de usar esmalte con sabor amargo (porque te acostumbras a él, y, además, daña tus uñas más de lo que ya están dañadas). Algunos de estos consejos no me sirvieron, y otros sí. Es importante saber que a diferentes personas les funcionan diferentes estrategias, ya que el hábito puede tener un origen distinto.

Para en seco
Aquí es por donde hay que comenzar. Este es el consejo más útil para dejar este hábito, porque es lo que terminarás haciendo. Trata de estar consciente en todo momento de lo que haces, para que, en el momento en que te encuentres llevando la mano a la boca, puedas frenarla. Si te das cuenta tarde y ya has mordido la uña que con tanto esfuerzo has hecho crecer, no desesperes. Acostumbrarte a parar es difícil, y puede llevar bastante tiempo.
Practica
Así como lo oyes: practica tener las uñas largas. Un método que a mí me funcionó fue, en mis ratos libres (incluso mientras trabajaba, o estaba estudiando o en clase), practicar llevarme una mano a la boca y luego, manteniendo los labios cerrados, y sin dejar que se toquen, alejarla. Ensaya el momento en que vas a frenar, y estarás creando un nuevo hábito: el de quitar la mano de tu boca. Ahora tengo ese reflejo, e incluso acerco y alejo una mano de mi boca sin darme cuenta. Es un hábito raro, pero al menos no me muerdo más las uñas.

Pide ayuda
Cuéntales a tus amigos, a tu pareja, a tus familiares, lo que estás intentando conseguir, y pídeles su ayuda, para que cada vez que te vean con la mano en la boca, te avisen. Trata de explicarles que es un hábito inconsciente y que no te das cuenta de lo que estás haciendo hasta que es demasiado tarde.
Ten las uñas arregladas
Este funcionará para que, una vez que tus uñas hayan podido crecer aunque sea un milímetro, no comiences a comerlas de nuevo. Crecerá una mínima parte blanca de la uña, que deberás mantener correctamente limada, para que no te den ganas de morder las puntas salidas. En el momento que muerdas una uña, frena y límala como puedas para quitarle la aspereza. Hazlo con cuidado para no lastimarte ni debilitar aún más la uña. Trata de pasar la lima con movimientos suaves. Para esto, conviene llevar una lima siempre contigo.

No las pintes, ya que tanto el esmalte como el quitaesmalte las debilitan. Puedes pintarlas una vez que hayan alcanzado un largo decente (te sorprenderá lo rápido que crecen). Luego de esto, mi recomendación es pasar horas limándolas y pintándolas. Hazte un nail art bonito, si quieres. Te darán menos ganas de arruinar algo que te ha llevado tanto tiempo.
Comienza de a poco
La American Academy of Dermatology recomienda un enfoque gradual para dejar de comerse las uñas. Empieza por algunas uñas, por ejemplo, las de los pulgares. Luego de que estas estén largas, deja de comerte las de los meñiques. Yendo de a poco alcanzarás tu meta: dejar de comerte las uñas por completo.
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