Las mujeres somos muy exigentes con nosotras mismas, a menudo nos encontramos defectos que honestamente no son tan catastróficos como los percibimos y lo sabemos, pues la mayoría de estas veces aunque en un instante se nos esté viniendo el mundo encima, al siguiente sabemos que todo fue cuestión del humor con el que nos hayamos levantado ese día; así que basta un baño, cambiar de ángulo o esperar al siguiente día para que todo vuelva a ser como nos gusta.
Lo que deberías hacer cuando sientas que no te agradas frente al espejo


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También están esos episodios en nuestra vida donde no hay poder sobre humano que nos haga cambiar de parecer y por más que nos pongamos o quitemos simplemente no nos gustamos frente al espejo.
¿Cómo diferenciar cuando es solo un mal día a cuando estamos teniendo una mala racha?
Como mencionaba en un principio, contar las veces en que nos encontramos algún defecto sería muy difícil porque el elevado nivel de auto crítica pareciera estar incluido con los cólicos menstruales y la habilidad multitareas, simplemente es algo que a la mayoría nos pasa, aún así podemos notar cuando esta inconformidad dura más de lo que pudiera calificarse como "normal".

- Ya son varios los días en que te sientes a disgusto con algún aspecto de tu físico.
- En lugar de que la sensación pase cada vez vas sumando más y más elementos a éste.
- El "pero" que te encuentras te roba sueño y concentración.
- Además comienzas a experimentar sentimientos de tristeza o enojo.
Si te sientes identificada con estas situaciones entonces es posible que tú misma estés gritando por un cambio para hacer las paces con la del espejo.
¿Qué hacer?
Trata de ser lo más objetiva posible e identificar qué es lo que te está molestando, muchas veces engrandecemos el problema y nos ahogamos en un vaso de agua cuando solo se trata de un pequeño detalle el que hace ruido.
Una vez identificado realiza un cambio, por ejemplo un corte de cabello, un cambio de color, cambio de diseño de ceja, incluso la ropa o calzado que usamos pueden influir más allá de lo que pensamos. Antes de hacerlo investiga sobre estilos favorecedores o asesórate con alguien que sepa del tema para que obtengas un resultado positivo.
Cambia tu forma de mirarte, sé que suena a charla motivacional y que cuando estamos en un mal momento es lo menos que queremos escuchar, pero es la verdad; el poder de la mente es impresionante así que úsalo en encontrarte diariamente el lado positivo o bien un plan para cambiar lo negativo.
Si aún con estos cambios no sientes salgas de esta racha quizá sea hora de indagar más allá, muchas veces no solo se tarta de actitud o cambios superficiales sino que la causa podría ser médica o fisiológica, alguna alteración metabólica, hormonal, etc., así que nunca está de más el pedir ayuda.
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