Cómo aumentar la autoestima

Estoy segura de que en muchas ocasiones habrás escuchado decir que las mujeres tenemos peor autoestima que los hombres y que tendemos a valorarnos menos en nuestras aptitudes, actitudes y desempeños laborales.

Hoy está cada vez más claro según diferentes estudios que eso no es exactamente así: mujeres y hombres nos desvalorizamos por igual pero lo manifestamos de formas diferentes.

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Qué es la autoestima

La autoestima es el valor que te concedes a ti misma (a lo que eres y lo que haces) y puede compararse con la salud: es un grado de plenitud para algo. No hay demasiada salud y no hay demasiada autoestima. Nadie puede darte salud y nadie puede darte autoestima.

Puedes realizar diversos test de autoestima para saber en qué grado tu nivel de autoestima se acerca al de “salud”. Si necesitas mejorarlo te dejamos algunos trucos para aumentar la autoestima y que, día a día, valores todas tus cualidades sin cortapisas.  

¿Conoces a alguna de esas personas prepotentes y pagadas de sí mismas? Pues no tienen autoestima demasiado alta, sino que manifiestan su autoestima de modo agresivo (como una temperatura del cuerpo a 40º no es más sana que una de 36’5º).

El otro modo de demostrar la baja autoestima es el pasivo, y ese es el que sí solemos reconocer como tal: personas que prefieren no hablar, acomodan su opinión a la de las demás, les falta confianza y tienden a desvalorizarse y “hacerse de menos”....

¿Por qué es importante la autoestima?

Porque de ella depende la capacidad para sentir alegría. Las personas “amargadas” suelen tener un pésimo concepto de sí mismas. Quizás esa suegra insufrible o la cuñada “doña perfecta” solo tienen una baja autoestima que manifiestan de modo agresivo (seamos malas por una vez ¿no te consuela un poco saberlo?).

Consejos para aumentar tu autoestima

No te adjudiques “soy”: soy torpe, soy lenta, soy patosa, soy olvidadiza... Eso son cosas que haces pero no lo que eres. Toma un puñado de granos de arroz y ponlos en un bolsillo durante un día. Cuando digas o pienses «soy...» pasa un grano al otro lado y cuenta al final del día. Te dará una buena idea de tu nivel de autoestima.

Olvídate de ser perfecta, la perfección no existe y, si existiera, sería muy aburrida. En su lugar márcate objetivos pequeños que puedas cumplir y refuercen tu seguridad. Después ve aumentándolos poco a poco. Antes de llegar a Marte se inventó el avión, después las naves espaciales, después se llegó a la Luna y ahora a Marte. Por partes.

¿Te has equivocado? ¡Enhorabuena! Solo se equivocan quienes actúan. Saca conclusiones de tu error, intenta no repetirlo y sigue adelante.

Identifica qué no te satisface de tu vida. Una sensación de que “algo te falta” es una señal de que tu autoestima peligra. ¿Qué quieres cambiar? Y de eso, ¿qué cambios dependen de ti?

Cambia de rutinas: no vayas al trabajo por el mismo camino, haz las labores del hogar en un orden diferente, cambia de peinado... Haz al menos una cosa distinta cada día.

Aprende a decir «no» porque sí. Es muy difícil aunque no lo parezca. Y tiene que ser un «no» firme, no agresivo y sin explicaciones. No vale decir, por ejemplo, «no te cuido al bebé porque me duele la cabeza» si es cierto no se considera una negativa, si no es verdad inténta solo «no» o «no me apetece»; el que necesites descansar o el que no quieras emplear tu ocio en tareas de otra persona no es un motivo para sentirte mal.

Estos cambios pueden sorprender a quienes te rodean. Si te quieren de verdad, se alegrarán de tu nueva actitud. Si no te quieren, ¿para qué los quieres en tu vida?

Por supuesto, dimos solo algunos pequeños pasos. Pero todos los caminos empiezan por el primero, ¿no crees?