"¡Depilarme es lo que más me gusta hacer!", dijo ninguna mujer nunca. Y es que sí: convengamos que es una tarea tan pegajosa como dolorosa.
6 pensamientos que pasan por mi mente cada vez que voy a depilarme

Cada vez que voy a depilarme, estas son las ideas que pasan por mi mente, ¡y seguro que por la tuya también!
"¡Creo que esta vez no me va a doler!".

Es un pensamiento con el que pretendo engañarme a mí misma, porque siempre pero SIEMPRE duele. Eso sí, por lo menos le pongo una cuota de optimismo que me ayuda al momento de decidir comenzar con la tortura.
Si lo dice la ciencia: Este curioso estudio dice que las mujeres que fueron a la Universidad se depilan más esta zona…
"Ahora parezco un globo rojo".
Obviamente que la piel se inflama levemente y puede tornarse de color rosado, pero mi autocrítica hace que exagere un poco…
"¡¿Por qué #@# duele tanto?!".
Esta es la parte en la que empleamos nuestro vocabulario más elegante, claro.
"Espero no haberme olvidado de ningún lugar...".

Y sí, a veces las lágrimas (y la ansiedad) me nublan la vista y me hacen ciega a esos pelitos rebeldes que se resisten a la cera.
"¡Alabado sea el que inventó la crema de depilar!".

La crema de depilar no duele, pero tarda un poco más de tiempo en actuar. Es bueno cambiar de método de vez en cuando para saber cuál es el que mejor se adapta a nuestras necesidades.
"¡Al fin! ¡Por unas semanas me liberé de esto!".

Esto es lo pienso los primeros días, pero cuando el vello vuelve a crecer... comienza el círculo vicioso otra vez.
¡Te cambiarán la vida!: 7 imperdibles hacks de depilación








