Tener es un verbo interesante. Decimos “tengo un hijo” y también decimos “tengo un perro”, pero las implicancias de ese “tener” no son iguales. No es lo mismo tener una mascota que tener un hijo. Sin embargo, habrás notado que algunas personas tratan a su mascota como tal. ¿Es ese tu caso? No dejes de leer esta lista de control.
Señales de que tu mascota se convirtió en tu hijo

¿Lo llevas a todas partes?
Según la edad de la mascota, quizá no sea conveniente dejarla sola durante mucho tiempo. Además, los animales de compañía también necesitan esparcimiento, y un paseo hasta el supermercado puede ser una muy buena oportunidad de estirar las piernas (tuyas) y las patas (de tu mascota). Pero, ¿te abstienes de ir a un restaurante cerrado o al médico porque tu mascota no puede entrar contigo?
Las vacaciones
En este ámbito aplican principios similares a los del restaurante. No está mal salir de vacaciones con tu mascota, sino todo lo contrario: ella también necesita distenderse, correr y jugar libremente. Pero piensa en esto, ¿qué harías si te invitaran a un viaje al que tu mascota no podría ir? ¿Te quedarías sin tu viaje o las dejarías con un amigo, un familiar, o en una guardería de mascotas para no dejar pasar esa oportunidad de un viaje quizá irrepetible?
La cama
¿No eres alérgico al pelo animal? Considérate con suerte, porque cada vez más gente vive en casas muy pequeñas con sus mascotas y tanto pelos, ácaros como pulgas y garrapatas terminan por despertar reacciones alérgicas en más de un amo de mascotas desprevenido.
¿Compartes la cama con tu mascota? La falta de reacciones alérgicas no significa que compartir la cama con una mascota sea del todo sano: no olvides que caminan con sus patas sobre el suelo, recogiendo bacterias a su paso que luego dormirán en la cama cariñosamente junto a ti. Si se trata de la cama de los niños pequeños esto puede ser un gran problema. ¡Y ni que hablar de las pulgas y garrapatas!
Realmente está bien tratar a tu mascota como a un hijo en términos de cuidados y cariño, siempre y cuando sus necesidades únicas no se mezclen. Los niños necesitan una educación que les enseñe a pensar, a ser lo suficientemente inteligentes como para adaptarse a situaciones nuevas y decidir cómo comportarse en cada caso. Pero las mascotas necesitan ser educadas de manera diferente: es su comportamiento el que necesita ser educado.
Y luego de leer este artículo, ¿qué piensas?, ¿es tu mascota como tu hijo?





