¿Alguna vez oíste a un doctor decir “toma una aspirina y llámeme por la mañana”? Probablemente. Pero probablemente no se lo habrás oído decir a ningún botánico, ni a ningún ingeniero agrónomo.
¿Qué pasa cuando le damos aspirina a una planta?

Aunque un profesional difícilmente la prescriba, las plantas no son indiferentes a la aspirina ni a las situaciones traumáticas, según lo confirman ciertos experimentos.
¿El estrés de las plantas?
Sí, las plantas sufren estrés como cualquier ser vivo medianamente consciente de su propia existencia. Ante situaciones estresantes tales como un incendio, un animal que las ataca o alguien que las poda, las plantas fabrican ácido salicílico (aspirina) para sentirse mejor, recobrarse y continuar viviendo.
Sin embargo, las plantas no siempre fabrican el ácido salicílico lo suficientemente rápido y por eso agregarles agua con cierta dosis de aspirina podría ayudarlas a pasar el mal rato.

Aspirina, pero... ¿cuánta?
Se recomienda una aspirina cada dos galones de agua para rociar hojas, tallos e incluso semillas. Los estudios realizados con estas últimas mostraron que el 100% de las rociadas con el agua aspirinada germinó, mientras que el porcentaje de semillas germinadas entre aquellas que solamente recibieron agua común fue mucho menor.
En resumen, un poco de agua con aspirina puede permitirle a la planta defenderse ante las enfermedades y los parásitos que a veces las aquejan al morder sus tallos y hojas. Es un remedio que podríamos considerar como “casero”, porque es económico y a nuestro alcance.
Interesante, ¿verdad? También lo son estos 5 usos de la aspirina en el hogar que ni te imaginas.






