Creo que vivir sola es una de las mejores experiencias que puede tener una mujer; de algún modo estás obligada a aprender muchas y diferentes cosas que quizá no sean tan necesarias saber cuándo convives con alguien más. Así, el día que por fin compartas tu casa no dependerás de que tu compañero haga las cosas. De todas formas, como en todo, vivir sola también tiene su parte oscura.
Los pros y contras de vivir sola

Los contras de vivir sola
Tienes que sacar la basura
Y sí, no hay otra persona con quien puedas compartir la tarea de sacar la basura, al igual que tú sola tendrás que lavar los platos, limpiar la casa... y otras tareas. Así es, te toca hacerlo cada día.
Eres exterminadora de bichos
Aunque grites, patalees y llores, nadie vendrá para atrapar a ese ratón que apareció en tu cocina mientras estabas lavando la vajilla, tampoco nadie matará por ti las cucarachas. Te toca hacerlo, pero lo bueno es que al final terminas perdiendo el miedo.
No puedes compartir los gastos
Está claro que no es lo mismo pagar un alquiler o renta, la comida, los impuestos y otras cosas entre dos personas, que todos esos gastos recaigan sobre una sola. Lo bueno de este punto es que aprenderás a administrar mejor tu dinero.
Los fantasmas y los truenos
Las personas que viven solas también pasan por experiencias del tipo pánico, momentos en los que sienten ruidos y no saben qué pudo ser o que no pueden dormir a causa de una gran tormenta con rayos y truenos.

Los pros de vivir sola
¡Replay por favor!
Puedes escuchar hasta el cansancio tu canción favorita, una y otra vez sin que nadie se queje.
Tu nevera está llena con lo que te gusta
La comida que hay en tu casa y en tu nevera es exactamente la que deseas comer; no tienes que hacer frente a posibles tentaciones de alimentos que pertenecen a otra persona y tampoco tienes que pasar por la desagradable situación de que justo cuando te apetecía un yogur con cereales, te das cuenta de que tu compañero de piso se los ha comido todos y no ha vuelto a comprar.
Así, tal y como quieres
Puedes quedarte todo el día en pijamas, o andar sin ropa por la casa sin que a nadie le importe, te critique o diga nada. ¡Libre!
Sin límite ni horarios
Sales, entras, vas y vienes cuando quieres y a la hora que quieres, sin tener que avisar a nadie. ¡Independencia!
Tu sitio, tiene tu sello personal
Desde la decoración, pasando por la pintura hasta la forma en que has acomodado los muebles es totalmente personalizada y a tu gusto; no has tenido que negociar ni discutir con nadie para hacerlo.
Y ahora, ¿qué piensas?, ¿te irás a vivir sola?








