¡Tan solo con verlo a los ojos!
¿Cómo se asemeja la relación con nuestro perro a la relación con un hijo? Esto dice la ciencia


Nuestras mascotas son seres increíbles, que forman parte de nuestro núcleo familiar. Siempre que hacemos planes tratamos de incluirlos en ellos, y si eso no es posible, buscamos la forma de que no se sientan mal o directamente abortamos la idea. Los sentimos como hijos, y ahora la ciencia nos da la razón y explica que realmente generamos ese vínculo con ellos.
Un vínculo de amor

Unos estudios científicos realizados en la Facultad de Medicina de Japón, han logrado demostrar que cuando miramos a los ojos de nuestro perro llegamos a estimular el mismo proceso de unión que se da entre una madre y su hijo. El contacto visual existente entre el bebé y su madre hace que su vínculo se vea fortalecido a través de la activación de la oxitocina, mejor conocida como la "hormona del amor", en el cerebro.
Dicha hormona hace que la relación entre padres e hijos sea más estrecha y emocional, lo que permite que compartan muchos más momentos de interacción y que tengan una mejor crianza. Este estudio ha logrado demostrar que cuando hacemos contacto visual o acariciamos a nuestro perro, se produce una liberación similar de la oxitocina en nuestro cerebro.
El equipo de científicos japoneses asegura que el vínculo que se genera entre el perro y sus dueños es muy similar al de una madre y su hijo ya que los seres humanos tenemos los mismos sentimientos de afecto hacia nuestros perros que por el resto de la familia.
Esto solo ha sucedido con los perros, ya que los estudios fueron llevados a cabo también en lobos y la respuesta no fue la misma. La explicación que le dan es que ha habido una evolución de ese vínculo luego de la domesticación de los perros, y por eso los lobos no se comunican de la misma forma que los perros con los seres humanos.
Una mirada dice más que mil palabras

Se colocaron a los perros con sus dueños en una misma habitación, y se analizó su comportamiento durante 30 minutos. De acuerdo con la cantidad de tiempo que el perro y su dueño mantuvieron contacto visual, se armaron dos grupos de caninos: los de larga mirada y corta mirada.
En aquellos que mantuvieron el contacto por más tiempo, el aumento de los niveles de oxitocina fue significativo. Un segundo experimento mantuvo en una habitación al perro con su dueño y una persona extraña, y se vio que el animal estuvo más tiempo observando a su dueño, y que el mismo tuvo una mayor liberación de oxitocina.
Los investigadores concluyeron que existe una unión continua entre los seres humanos y sus perros, impulsada por la hormona. La misma hace que nosotros sintamos mayores ganas de interactuar con nuestra mascota, y que el perro refuerce ese vínculo emocional con los dueños.
¡Increíble! Ahora ya sabes uno de los motivos por los que tienes un lazo tan estrecho con tu hijo perruno. ¡Y lo más lindo es que ese vínculo es recíproco! Disfrutemos al máximo de estos seres maravillosos que nos alegran cada día y démosle el amor que se merecen.
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