Meghan Markle y el príncipe Harry han sido una de las parejas de la realeza que menos han temido mostrar su amor en público, lo que ha contribuido a su encanto y popularidad.
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La cercanía emocional de los duques de Sussex, quienes unieron sus vidas en una de las bodas más esperadas por la comunidad británica el 19 de mayo pasado, es palpable tan solo con cada mirada que se dedican.
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La espontaneidad con la que se expresan cariño el uno al otro, marca una gran diferencia con la manera en la que el resto de la familia real se comporta en pareja. Tanto los duques de Cambridge como la propia reina Isabel con Felipe de Edimburgo, han mantenido una actitud mucho más reservada.
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Uno de los gestos característicos de Harry y Meghan es que suelen tomarse de la mano como cualquier pareja normal lo haría, un ademán que en muy raras ocasiones se ha visto en el príncipe William y Kate Middleton, y en la reina Isabel y su consorte.
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Si hay algo que los recién casados han mostrado es que tienen el mismo tipo de humor, pues siempre parecen tener un tema de conversación del que ambos se ríen. Como sucedió durante la celebración por el cumpleaños 70 del príncipe Carlos, el pasado 22 de mayo, el que fue su primer evento oficial como esposos.
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Además de que una abeja interrumpió el discurso del príncipe Harry, lo que provocó las risas de su esposa, seguramente hubo otra broma que compartieron más tarde pues así de sonrientes se les vio durante la recepción del evento en los jardines del Palacio de Buckingham.
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Antes de su llegada al Palacio de Buckingham para la celebración del cumpleaños oficial de la reina Isabel el pasado 9 de junio, los recién casados mantuvieron una actitud seria y en pocos momentos cruzaron palabra, pero eso cambió poco después.
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Ya en el balcón desde donde la familia real admiró el desfile, los cuchicheos y las miradas de complicidad se hicieron presentes entre los enamorados, quienes se encontraban justo detrás de los duques de Cambridge.
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Cuando los pequeños principitos Charlotte y George robaban cámara, hubo un momento en el que las bromas de Meghan y Harry llegaron a los oídos del príncipe Carlos, quien volteó a verlos mientras la ruborizada duquesa de Sussex se tapaba el rostro.
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Desde que los enamorados anunciaran su compromiso en noviembre de 2017, Meghan se ha destacado por mantener una actitud muy despreocupada para un miembro de la realeza, lo que la ha llevado a
romper el protocolo en varias ocasiones.
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La actitud de Meghan Markle no le ha restado ni un poco de simpatía con la gente y su esposo Harry podría también haber caído rendido ante ese hechizo, ya que en numerosas ocasiones le dedica miradas que denotan amor y admiración por la exactriz.
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Aunque el gesto te llevar de la mano a su esposa
podría llegar a su fin para Harry, no hay duda de que es un gesto que demuestra su cercanía entre ellos y la naturalidad en su manera de comportarse que otros miembros de la realeza no tienen.
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En el último acto oficial al que los esposos asistieron junto con la reina Isabel, la ceremonia de entrega de los premios Queen's Young Leaders el pasado 26 de junio, se les vio más distantes, pues en esa ocasión Meghan ni siquiera se apoyó en el brazo de su esposo, como suele hacerlo.
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Pero este hecho podría no tener que ver con un distanciamiento amoroso entre los recién casados ni con el protocolo de etiqueta de la realeza, sino con que la duquesa de Sussex debe proyectar una mayor seguridad y confianza, de modo que haya menos apoyo emocional y físico de parte de su marido,
de acuerdo con los expertos.
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Sin embargo, el pasado 5 de julio, durante la recepción juvenil de la Commonwealth, donde
Meghan deslumbró con este vestido amarillo brillante, los esposos volvieron a aparecer tomados de la mano, lo que hace pensar que el hecho sólo será evitado en eventos en presencia de la reina Isabel.
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Además, Meghan y Harry mostraron una actitud informal en dicha recepción, lo que hace ver que los enamorados aún se encuentran en el periodo de luna de miel que parece no acabar.