The Punisher no es solo una violenta serie de cómics, es un viaje de dolor, pérdida y perdón

Recientemente fue estrenada Marvel's The Punisher, la serie de Netflix centrada en la vida de Frank Castle, personaje previamente introducido en Marvel's Daredevil. Previo al estreno, muchas reseñas calificaron The Punisher como una serie lenta, pobre y decepcionante, haciendo uso de argumentos técnicos que desconozco y comparándola con un modelo perfecto de serie que solamente sirve para distraernos de la experiencia más importante: nuestra experiencia. 

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The Punisher tuvo escenas innecesarias, personajes planos, episodios extenuantes y desenlaces previsibles; pero por encima de todo esto, presentó una cualidad que opaca cualquiera de los errores mencionados: fue humana. 

La venganza como existencia

Imagina la siguiente situación: lo tienes todo; quizá no todo lo que quieres, pero sí lo que necesitas. Una familia que amas, llena de esos momentos mágicos que algunos confunden con cotidianidad; tienes paz y por fin encontraste el descanso por el que luchaste tanto; pero un trágico momento te quita todo, te roba algo que jamás podrás recuperar. Y no solo eso, sino que en parte eres responsable de lo sucedido. La culpa te invade, la soledad te consume, la venganza se apodera de tu ser... Podrías elegir odiar a dios, al destino, a la humanidad, pero no; decides tomar justicia. 

Frank Castle opta por una justicia demasiado personal, poniéndose a sí mismo como juez y verdugo, sin embargo no abandona su nobleza. Es un individuo que no dudaría en dar su vida por alguien en necesidad y precisamente esto es lo que nos muestra Marvel's The Punisher. 

Frank Castle sufre. No es ese típico personaje de cómics que adquiere fuerza desde la tragedia y perdona a todos mágicamente; no es un patriota sin sentido ni un héroe de moralidad inquebrantable, ni siquiera es un héroe... Es un hombre que prefiere la soledad porque cree que su presencia podría traer dolor a los demás, que recurre a la violencia para descargar el profundo dolor que habita en su corazón. 

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Muchas opiniones concuerdan en que fue innecesario tanto detalle del pasado del personaje; yo creo que enfatizar en el dolor de Frank, en sus repetitivos flashbacks, nos hace comprender cuanto amó (y ama) a su familia y cuan vacío se siente sin ella. No es un psicópata, ni un soldado con trastornos post-traumáticos, es un padre y viudo incapaz de lidiar con su pérdida.

Y es en este punto en donde ambas personalidades convergen: The Punisher, el anti-héroe que descarga su dolor a través de la venganza, y Frank Castle, el exsoldado que busca redención; ambas se encuentran con Micro, un agente de inteligencia que necesita de la ayuda del exsoldado para recuperar a su familia. Frank se ve a sí mismo en este escenario; entiende que si bien el no tuvo oportunidad de salvar a su familia, podría ayudar a que Micro no pase por lo mismo. 

The Punisher actuaría con violencia desmedida y arbitraria, obrando como dios de la justicia y decidiendo cuáles vidas son dignas de quitar y cuáles no, pero Frank Castle también estaba ahí, dispuesto a sacrificar su venganza y desviarse de su camino por amistad, famila... amor —el interminable coqueteo entre Karen y Frank por momentos fue tedioso—.

Varias tramas secundarias y muchos dramas políticos, con la única finalidad de generar consciencia sobre la guerra y el uso de armas (realidades de primordial importancia en Estados Unidos), entorpecen el fluir natural de la historia, tratando de dar un contexto que no es necesario para el desarrollo de los tres personajes principales: Frank CastleDavid Lieberman y Billy Russo (Puzzle)

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No obstante, cuando la serie se detiene en dar contexto de estos personajes, la historia adquiere forma y sentido. Sobre todo, en el viaje de Frank en busca de redención. 

Punisher continúa fiel a sus modos, pero se cuestiona si matar a sus enemigos es realmente justicia. Si entregar su vida por venganza es lo que le traerá paz. Frank quiere volver a casa, quiere encontrar un hogar; se da cuenta que vivir y dar su vida por la justicia es doloroso, pero necesario; que solo así honrará la muerte de su familia. Castle decide emprender el incierto y duro viaje del perdón, porque perdonarse a uno mismo no es fácil. Y de esta forma, The Punisher nos muestra la perfecta metamorfosis de un individuo que existía por la venganza en un anti-héroe que da su vida por la justicia.

Frank no logra superar su dolor —quizá nosotros tampoco—, pero en esto radica la esencia más humana del personaje. Simplemente por esto, The Punisher es una serie más que aceptable.

Calificación: 8/10

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