The Defenders, serie original de Netflix que reuniría a los protagonistas de las principales adaptaciones de Marvel en la pantalla chica, fue estrenada y, afortunadamente, estuvo a la altura de lo esperado.
The Defenders: los «héroes» de Marvel/Netflix se unen en una serie que hace honor a sus personajes

Con algunos errores argumentales, y un final que dio mucho que hablar, The Defenders supo crear el escenario adecuado para el primer crossover de los héroes de la calle (aunque ellos prefieren no ser definidos con esa palabra).

Lo mejor, sin duda alguna, fue la química entre personajes y el desempeño individual de cada uno de ellos. A diferencia de lo sucedido en otras historias de team-up —cuando personajes que no se conocen deben formar equipo por razones transversales a todos ellos y en cuestión de minutos ya se consideran «familia»—, The Defenders genera un ambiente que respeta la personalidad de cada «héroe», mientras que plantea una problemática que los obliga a trabajar juntos. En primera instancia, protestando y remarcando la temporalidad de la alianza; pero, finalmente, reconociendo la importancia del trabajo en conjunto e incluso tomando cariño mutuo.

Luke Cage consolida el carácter y calibre demostrado en su serie en solitario, haciendo gala de una ética moral tan inquebrantable como su piel y una devoción por su ciudad comparable a la de Matt Murdock; además, redefine el concepto de «ir a tomar un café».
Danny Rand se recupera de su pobre presentación en Iron Fist, pero continúa sin convencer, por momentos, distanciándose de la enigmática y atractiva esencia del personaje original en los cómics y exasperando al público; de igual manera, tuvo sus momentos positivos.
Jessica Jones, aún bajo esa fachada de oscuridad agresiva, brilla con luz propia con sus comentarios y acciones; a pesar de huir de su destino, en ocasiones, es quien más se acerca al ideal de superhéroe.
Y por último, Matt Murdock ratifica su importancia como eje fundamental de todo este universo Netflix/Marvel. Siendo el único de los cuatro que no se involucra en la guerra con The Hand por decisión propia —o siguiendo algún conflicto colateral—, Matt lucha con todo lo que significa abandonar ser Daredevil y emprende un viaje de redescubrimiento tan doloroso como mortal.

Si bien podríamos decir que son demasiados personajes y no todos reciben la atención y desarrollo que deberían, los 4 héroes de New York no fueron los únicos con trascendencia.
- Alexandra, interpretada increíblemente por Sigourney Weaver, fue un villano con gran potencial que no recibió el final que merecía —aún cuando lo sucedido con ella dio nacimiento a un momento glorioso dentro de la serie—; aunque, posiblemente, no será recordada de la manera en que recordamos a Kingpin o Killgrave.
- Stick, como siempre, estuvo fenomenal. Ambiguo, brutal y entregado a la vida de un guerrero, confirmó que es un personaje capaz de lo que sea con tal de lograr su objetivo de «justicia».
- Elektra (Black Sky) evolucionó a lo largo de la serie hasta convertirse en la villano principal en lo que, personalmente, fue el punto más bajo de la serie. Sus intenciones permanecieron difusas de principio a fin y su desenlace me resultó un tanto ridículo.
- Colleen Wing, Claire Temple y Misty Knight fueron los otros personajes secundarios que supieron hacerse un lugar dentro de la historia. Esta última, protagonizando un momento muy esperado por todos los fans del cómic.
Desde mi punto de vista, fue una serie por encima de lo aceptable, tremendamente disfrutable y con la calidad a la que Netflix nos tiene acostumbrados; aunque, por otra parte, no está ni cerca de ser tan genial como las dos temporadas de Daredevil o Jessica Jones. No obstante, las comparaciones nunca son buenas y The Defenders sorprende mucho más de lo que decepciona, por lo tanto:
Calificación: 8/10
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