El nombre de Stan Lee, hoy en día asociado a los personajes de Marvel que pueblan la cultura popular, y a sus simpáticos cameos en todas las películas sobre ellos, fue el líder de una revolución artística en el mundo de los cómics en la década de 1960.
Stan Lee y el valioso mensaje de tolerancia y respeto que difundió en las páginas de Marvel

Aunque hay mucho para discutir (y se ha hecho) sobre algunas de sus prácticas y costumbres al frente de Marvel Comics, su legado y su influencia son inconmensurables, especialmente en los cómics de superhéroes que dominaban la industria desde la Segunda Guerra Mundial.
No es casual que esta revolución acreditada a Stan Lee haya ocurrido en los 60, la década marcada por la lucha por los derechos civiles, las manifestaciones pacifistas y la contracultura.
El componente político estuvo siempre presente en los cómics —El Capitán América golpea a Hitler desde la portada de su primer número en 1941— pero con la presencia de Stan Lee lo político cobró una nueva dimensión en Marvel, una que iba más allá de las historias y los personajes de las viñetas.
La tarima de Stan Lee

Una de las novedades introducidas por Stan Lee fue crear una página titulada «Boletín del establo» que aparecía sobre el final en la mayoría de los títulos regulares de Marvel.
«El establo» hacía referencia al conjunto de creadores regulares de Marvel, y en estas páginas Stan Lee estableció la que sería la voz editorial de la compañía, una mucho más informal, cercana y divertida que lo que acostumbraban tener las editoriales.
Generalmente el boletín incluía algunas noticias vinculadas a Marvel, adelantos de próximas publicaciones, perfiles de algunos de los artistas del «establo» o comentarios sobre cosas que estaban ocurriendo en el mundo.
Before his smashing debut in Marvel Premiere #15, Iron Fist appeared in a couple of small artworks printed in the Marvel Bullpen Bulletins in successive months in the pages of a couple of Marvel Comics... pic.twitter.com/WIwOZkKUtY
— I Am Iron Fist 👊 (@iamironfist23) October 7, 2018
Fue en estos boletines y en las anécdotas que narraba en ellos que se crearon legendarios apodos como Stan “The Man” Lee y Jack “King” Kirby. Fue allí que comenzó a utilizar su frase de cabecera, «Excelsior!», y allí donde se refería burlonamente sin nombrarla a una misteriosa editorial de cómics como la «Distinguida Competencia», dejando pistas en las iniciales.
Pero también allí publicaba la llamada «La tarima de Stan Lee» («Stan’s Soapbox»), una columna que era más a título personal que corporativo y que escribió mensualmente entre 1965 y 2001, hasta mucho después de haber dejado de ser editor en jefe.
Un mensaje actual
"Bigotry and racism are among the deadliest social ills plaguing the world today." - Stan Lee
— the man formerly known as prestoncmoore (@epcotballer) November 12, 2018
This message has never been more important than RIGHT NOW. Thank you, Stan. pic.twitter.com/AmJc9HrrDA
Ahora, tras la muerte de Stan Lee y el repaso de su legado, ha vuelto a resurgir la que es quizá su columna más famosa y citada, y que ha sido vista por el público estadounidense como la que tiene el mensaje más vigente y relevante.
«Digámoslo desde ya. La intolerancia y el racismo son dos de las enfermedades sociales más letales que plagan el mundo hoy» escribió Lee en una columna de diciembre de 1968, algunos meses después del asesinato de Martin Luther King.
«A diferencia de un equipo de supervillanos disfrazados» continuó, «estas amenazas no pueden ser detenidas con un buen golpe en la napia o un disparo con una pistola de rayos. La única forma de destruirlas es exponerlas, revelarlas como el mal insidioso que realmente son».
Y así las expuso:
«El intolerante es un odiador irracional, uno que odia de manera ciega, fanática e indiscriminada. Si tiene problemas con los hombres negros, entonces odia a TODOS los hombres negros. Si un pelirrojo alguna vez lo ofendió, él odia a TODOS los pelirrojos. Si un extranjero lo superó como candidato a un empleo, se la agarra contra TODOS los extranjeros. Odia a gente que nunca ha visto, a gente que no conoce, con la misma intensidad, con el mismo veneno. No estamos diciendo que sea irracional que un ser humano moleste a otro. Pero aunque todo el mundo tiene derecho a que le desagrade otro individuo, es completamente irracional, evidentemente insano, condenar una raza entera, despreciar una nación entera, denigrar a toda una religión».
Stan “The Man” cierra con su mensaje de tolerancia e igualdad, ese que, pese a todo, sigue resultando necesario, exactamente medio siglo más tarde.
«Tarde o temprano, debemos aprender a juzgar al otro por sus propios méritos. Tarde o temprano, si el hombre alguna vez será digno de su destino, debemos llenar de tolerancia nuestro corazón. Es entonces, y solo entonces, que será realmente digno del concepto que dice que el hombre fue hecho a imagen y semejanza de Dios, un Dios que nos llama a TODOS, sus hijos».
La amplia difusión que ha tenido este mensaje no ha estado libre de quejas. Hay quienes consideran que es innecesario «politizar» la figura de Stan Lee volviendo a esta vieja columna.
Pero la figura de Stan Lee, construida a partir de sus propios cómics y todo su legado, es ineludiblemente política.
Se puede dejar que lo explique él mismo, en otra de sus columnas mensuales, pero esta de 1963. En ella respondió las críticas de algunos lectores que aseguraban que los cómics de Marvel eran demasiado «moralizantes».
Stan Lee was a pretty cool dude. Here are a couple of my favorite editorials he wrote for the Bullpen Bulletins section of most Marvel comics until 2001 pic.twitter.com/Dhkby6TmBg
— Tyler Hammel (@TylerHammel) November 12, 2018
«Algunos lectores se preocupan demasiado por recalcar que los cómics deben ser una lectura escapista y nada más. No lo veo de esa manera. Creo que una historia sin mensaje, por subliminal que sea, es como un hombre sin alma. De hecho la literatura más escapista de todas, las viejas fábulas y las leyendas heroicas, contienen siempre puntos de vista morales y filosóficos. En cada campus de universidad donde doy charlas, se discute tanto sobre la guerra, la paz, los derechos civiles y la llamada revolución juvenil como se discute sobre nuestros cómics de Marvel. Ninguno de nosotros vive en una burbuja, ninguno de nosotros está libre de verse afectado por eventos de todos los días, eventos que moldean nuestra historia personal y nuestras propias vidas. Claro que los relatos pueden ser escapistas, ¡pero eso no significa que mientras nos divertimos leyendo vaciemos nuestro cerebro por completo!».
Sigue leyendo:









