Nacido en 1943, Robert Crumb es uno de los padres fundadores de la corriente underground de cómics que cambia a esta industria para siempre. Su estilo sucio y de dibujos complejos, ilustra historias que reflejan algunas de las peores cosas del ser humano, y ha sido influencia no solo para muchísimos artistas de cómics, sino para pintores, ilustradores y creadores de imágenes en general.
¿Por qué Robert Crumb aún es uno de los nombres más importantes del mundo del cómic?


Además, no solo cuenta con una respetable bibliografía de historias originales, sino que además ha ayudado a llevar el trabajo de grandes escritores, como Charles Bukowski, al formato de cómic. Ícono fundamental del anti-establishment, su trabajo se hacía cada vez más amargo y satírico mientras pasaban los años, y colocaba a Crumb en la cima de una filosofía que terminó por convertirse en estilo artístico.
Al principio de su carrera su arte era más bien simplista y típico, influenciado por su primer trabajo como ilustrador de tarjetas de felicitaciones. Aunque eran ilustraciones sosas en su temática, Crumb aprovechó el tiempo para perfeccionar una técnica que terminaría por parecerse muchísimo a las caricaturas de tinta negra de finales del siglo XIX y principios del XX. Sin embargo, la mayor influencia en el arte de Crumb fue sin lugar a dudas el consumo de LSD y otras sustancias psicotrópicas durante la segunda mitad de la década de los 60. Esto le dio ese toque surreal y alocado a unas ilustraciones que, académicamente hablando, tienen los mejores elementos de la caricatura clásica.
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Una muestra perfecta de la evolución de Crumb durante sus primeros años es la serie de cambios que sufre su personaje más célebre, Fritz The Cat. Apareció en trabajos de Robert desde los 50, y fue en la última mitad de los 60 cuando la liberación mental del artista le permitió llevar a Fritz a su forma final, habitando las páginas de un cómic que despertaría el interés de toda una generación por el formato lo-fi y auto producido.
Con la llegada de los 70, Crumb adquirió una estatura dominante dentro de la escena de cómics underground, lo que le permitió encaminar proyectos de publicación que le darán una ventana de exposición a muchísimos de los artistas y escritores que se encargarían de llevar la batuta durante las décadas siguientes. De esta época resaltan especialmente su trabajo con la Zap Magazine, y luego su colaboración con Harvey Pekar para convertir en realidad a la ahora legendaria serie American Splendor.
El último gran esfuerzo como editor que hizo Crumb se materializó en Weirdo, una revista que terminaría de definir por completo la estética y temática de los cómics independientes, además de servir como plataforma de lanzamiento para Peter Bagge, uno de los puntales de lanza de la posterior movida grunge de cómics, casi todos salidos del área de Seattle y Nueva York. Curiosamente, el legendario Art Spiegelman, co-editor de Raw, otra revista menos extremista, nunca tuvo nada bueno que decir sobre Weirdo.









