Crítica de X-Men: Primera generación

Luego de un par de secuelas francamente malas, X-Men First Class devolvió a los mutantes Marvel al lugar de honor que les corresponde en el panteón de los superhéroes y con una de las mejores aventuras de acción del año.

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Dirigida por Matthew Vaughn y protagonizada por James McAvoy, Michael Fassbender, Kevin Bacon, Jennifer Lawrence y January Jones entre otros, el film está ambientado a comienzos de los 60 y muestra cómo Charles Xavier (McAvoy) y Eric Lensherr (Fassbender), dos de los mutantes más poderosos del mundo, deciden unir sus fuerzas para ayudar a los hijos del átomo a controlar sus poderes y evitar que el mundo sea destruido por las maquinaciones del club Hellfire, liderado por Sebastian Shaw ( Kevin Bacon).

El film tiene como cimientos a McAvoy y Fassbender, pero es este último quien se roba la película ya que su versión de Magneto, a pesar de ser conflictiva y repleta de dudas, es el personaje más interesante de todos. Casi me atrevo a decir que Fassbender resulta tan entretenido como el genial Sir Ian McKellen en el rol del antagonista más aclamado de los X-Men, aunque el gran actor británico es completamente insuperable en ese terreno.

Los X-Men, mientras tanto, son un grupo de actores jóvenes intercambiables que cumplen bien su propósito de parecer asustados de sus poderes pero realmente no aportan gran cosa excepto en las escenas de acción. Una vez más son los adultos los que deben salvar el film, ya que la primera generación de hombres X no tienen ni el talento ni el carisma para mantener interesada a la audiencia.

La historia es bastante buena aunque con altibajos, especialmente hacia el final, donde hay algunos momentos flojos que podrían haber sido explicados mejor. Sin embargo la historia es bastante divertida, con buenos efectos especiales y pocos discursos moralistas o tontos de esos que les gustan tanto a los directores de yankilandia, que siguen empecinados en venirnos con una moral que ni ellos mismos se creen.

Puntaje: 7/10- Un film entretenido, repleto de acción y humor que prepara el terreno para secuelas que incluyan a Wolverine u otros mutantes mucho más icónicos.