Japón, el país del manga y el anime, está atravesando momentos duros respecto del material gráfico, ya que se aprobó una polémica ley, la 156, que prohibe la venta a menores de manga, videojuegos o anime que puedan tener contenido pernicioso para los jóvenes o que promuevan actividades ilegales o inmorales.
Censura contra el manga y el anime

La ley fue aprobada con el apoyo de todos los grupos mayoritarios del parlamento japonés y su principal ideólogo, el gobernador de Tokyo Shintaro Ishihara, dijo que era normal que se aprobara ya que 'en Japón aún queda sentido común'.
En abril de 2011 comenzará el período de auto-regulación, y para junio ya estarán todas las compañías obligadas a cumplir con la ley. Sin embargo, la redacción es ambigua y no termina de quedar en claro qué estará permitido y que no.
Los contenidos que no cumplan las normativas serán catalogados como 'material para adultos' y esto implica menores posibilidades de distribución ya que son menos los puntos de venta habilitados para este tipo de material.
La ley es muy criticada porque parece ser apuntada contra los otakus y fanáticos del anime. No afecta a las series de televisión, películas, fotografías o novelas.
Como resultado, de momento muchas empresas han decidido bajarse de la Tokyo Anime Fair 2011 en señal de rechazo a las declaraciones de Ishihara.
Resulta curioso el accionar de este político de extrema derecha, ya que, además de realizar varias declaraciones homofóbicas, racistas y misóginas, es autor de novelas de alto contenido erótico que incluyen violaciones a un grupo de colegiales y ahora pretende imponer censura contra el manga y el anime.






