Abril es el mes ideal para mirar este anime y llorar a moco tendido: Shigatsu wa Kimi no Uso

Shigatsu wa Kimi no Uso (四月は君の嘘), conocido también como Your Lie in April, en occidente, es un manga escrito e ilustrado por Naoshi Arakawa y adaptado posteriormente al anime por parte de A-1 Pictures.

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Galardonado con el premio a Mejor Manga Shōnen en la 37ª edición de los Kodansha Manga Awards y condecorada como la serie de anime más votada por los fans en los premios Sugoi Japan Awards de la edición de 2016, contempla la maravillosa anomalía de ser popular y excelente.

Ahora bien, ¿por qué lo deberías mirar (o repetir)?

Una de las particularidades en el anime —al menos en ciertos géneros y/o aproximaciones— es valerse de cualquier actividad humana para generar competencia y conflicto. Las artes marciales y deportes convencionales son opciones evidentes a la hora de entablar disputas competitivas que promuevan el entretenimiento, sin embargo, el anime es capaz de presentarnos de forma épica desde un simple juego de cartas como el Hanafuda, hasta un certamen de música clásica, como sucede en Shigatsu wa Kimi no Uso.

No obstante, en este caso, el atractivo de la serie no pasa por la rivalidad o lucha por definir quién es el mejor, sino por la incomprensible conexión humana que genera este vínculo perfecto —y hermoso conflicto— conocido como música.

¿Pude vivir en tu corazón? ¿Crees que llene el corazón de alguien de esa manera? —Kaori Miyazono

Kousei Arima es un joven prodigio del piano que ha perdido la capacidad de escuchar el instrumento. Conocido por todos en el mundo de la música, denominado como el «metrónomo humano», abandono toda actividad relacionada debido al trauma generado a causa de la pérdida de su madre.

De pequeño sacrificó gran parte de su infancia con el fin de complacer a su mamá, quien padecía una enfermedad terminal. Confundido por la situación, recibió las exigencias como expectativas desmedidas; y, de esta manera, desató crueles palabras hacia su mamá, las cuales, lamentablemente, fueron las últimas. Kousei aceptó su vida sin el piano, sin embargo, la llegada de Kaori Miyazono cambiaría su vida nuevamente.

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¡Alerta de spoilers!

De personalidad abrumadora, Kaori es una joven violinista que, según las palabras de Arima, «representa la libertad». Alegre y atrevida, siente y vive la música de un modo en el que Kousei jamás había experimentado.

«Levanta la cabeza y mírame. Si sólo miras hacia abajo, acabarás en la jaula de la partitura».

Para Kaori, la música es una manifestación de eternidad y la única forma de inmortalizarse en el corazón de los demás; no al seguir a la perfección una estructura de algo previamente creado, sino mediante una interpretación que sellará con fuego el corazón de los oyentes. La música une corazones, supera las palabras, las decisiones... el tiempo... la muerte. Y por tal razón, Kaori se aferra a las únicas dos cosas que dan color a una vida que, con crueldad y presura, se aproxima al fin: su pasión por la música y su admiración hacia Kousei Arima, quien, irónicamente, también la idealiza por motivos inversos.

La colisión —premeditada, por parte de Kaori— de estos universos opuestos, da como resultado un beneficio mutuo y un amor único. La pasión de Kousei no es simplemente restaurada, sino que, además, crece a través de la liberación alcanzada gracias a Kaori: la partitura no era el absoluto, las expectativas externas no marcaban el ritmo; su interpretación se templaba en la escala de lo que su corazón necesitaba transmitir. Por otro lado, Kaori, quien conocía su situación mejor que nadie, había decidido vivir su vocación temprana y amor juvenil de forma intensa, sin arrepentimiento; lo que queda reflejado en su carta póstuma, finalizada de la siguiente forma:

¿Que piensas? ¿Crees que llene el corazón de alguien de esa manera? Me pregunto si lo hice con el tuyo. Me pregunto si aún me recuerdas. Si me olvidas, no quiero tener que regresar y empezar de nuevo. Así que por favor no me olvides. Prométeme que no te olvidarás de mí. Lamento que no pudiéramos comer todos esos canelés. Disculpame por golpearte demasiado. Disculpame porque fui demasiada egoísta. Lo lamento tanto... Gracias por todo.

Ambos protagonistas estaban quebrados. La muerte había hecho estragos en su vida, aunque de distintos modos. Para Kaori, la muerte era el desconocido que le robaría la oportunidad de vivir todo lo que anhelaba; la incertidumbre de un «cuando» sin fecha y un «por qué» sin explicación: injusticia, temor, olvido...

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Para Kousei, por su parte, la muerte había robado su pasión por el piano, juntamente con la vida de su madre. Según sus propias palabras: «sin el piano, no soy nada... solo hay vacío».

Y así fue cómo las dos rupturas encontraron restauración mediante un vínculo insuperable. Los traumas y miedos se disiparon ante la inconfundible fragancia del concierto. La armonía de sonidos penetró y conectó el corazón de ambos. Así como el instrumento cambia al conocer al instrumentista, adquiriendo su personalidad y alma... ellos cambiaron al entrar en contacto con la esencia del otro. He aquí la importancia de una conexión verdadera, de esas que trascienden nacionalidad, raza, género, sexualidad, posición social, temporalidad y mortalidad.

En las palabras de Kaori:

«Al intercambiar sonidos, puedes conocer a la otra persona, entenderla. Como si se unieran las almas y se entrelazaran los corazones. Es una conversación entre los instrumentos, un milagro creado por la armonía. En ese momento, la música supera las palabras (...) Así es como nosotros podemos producir música con vida»

Y tú, ¿qué piensas al respecto? ¿Has visto el anime? ¿Le darás una oportunidad?

Esperamos tus comentarios.

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