Vanyu Krastev: el artista que da vida a Bulgaria de una forma muy simple

Hay personas que prefieren vivir rodeadas de la paz que significa estar en zonas rurales. Y luego estamos los que preferimos el caos de las grandes ciudades. Cada uno tiene su encanto.

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Y aunque no podemos negar que la naturaleza no tiene competencia en cuanto a presencia estética y paisajes espectaculares, las ciudades no necesariamente son «feas». Todo depende del ojo con el que se la mire. 

De hecho, gracias a la riqueza arquitectónica, a las obras de arte y algún vestigio natural, hay metrópolis que son francamente hermosas.

Redefiniendo el paisaje urbano

Sin embargo, la vida de la ciudad se puede volver monótona, y cuando se trata de ciudades muy viejas o con lugares más bien descuidados, podemos encontrarnos con escenarios poco favorecedores.

Con eso en mente, el fotógrafo Vanyu Krastev decidió que Sofía, la capital de Bulgaria, necesitaba algo para eliminar esos paisajes oxidados y cobrar nueva vida.

Así que pasó dos años colocando estratégicamente ojos saltones por toda la ciudad.

Los ojos comenzaron a aparecer en lugares totalmente inesperados y eventualmente su proyecto generó gran interés. Además, ha inspirado a que otros transeúntes colaboren colocando sus propios ojos saltones en las calles, dando vida a objetos que de otra forma pasarían inadvertidos.

Porque ese es el punto: encontrar la belleza en cualquier cosa. Incluyendo postes, estructuras de piedra para evitar que los autos estacionen donde no deben, agarraderas de autobuses y lo que se les ocurra.

Krastev asegura que ya no le es posible dejar de ver la belleza en todo. Y eso es gracias a unos ojos de plástico como los que vemos en la mayoría de los personajes de Plaza Sésamo.

Mientras más ojos coloco, mejor me vuelvo en esto. Lo tengo dominado. Hoy en día ya no necesito siquiera salir buscando lugares específicos en Sofía. Ahora son esas pequeñas «criaturas» las que se me presentan en todas partes.

Krastev se inspiró en el trabajo de dos maestros daneses de esta iniciativa de arte urbano, quienes describen la tendencia como un esfuerzo para definir y refinar una parte cotidiana de nuestras vidas que es altamente desestimada.

Su metodología es simple: crear criaturas extravagantemente divertidas de objetos inanimados que a su vez traerán sonrisas a las personas que se paseen por sus calles.

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Para Krastev el proyecto funciona particularmente bien en Sofía porque el resultado es mejor en objetos dañados. Y la capital búlgara tiene de sobra. ¿Qué te parece?