Ni sexy ni divertido: Mira esta poderosa respuesta al disfraz de Halloween "Anna Rexia"

Se supone que Halloween es un celebración divertida. No, se supone que Halloween es una celebración donde se recuerda a los muertos. Pero la comercialización de la fiesta la ha transformado en una fecha de películas de terror, dulces y disfraces.

PUBLICIDAD

No es que esté en contra de esto, me encanta Halloween, pero a veces se nos queda la sensibilidad en casa, refugiados detrás de un manto de privilegio que nos brinda nuestra raza, religión, posición económica, género, orientación sexual y hasta nuestra salud. A veces es difícil darse cuenta del privilegio que nos protege, sin embargo solo hace falta abrir los ojos, y los oídos.

En la mayoría de los casos la reacción reflejo es responder a la defensiva, porque solemos sentirnos atacados cuando nos acusan de privilegiados. Esa es la reacción equivocada, la reacción correcta fue la que tuvo Kerry Washington, la fabulosa protagonista de Scandal, que pudimos ver en  Twitter recientemente. Tenemos que escuchar a las personas afectadas.

Si no eres una persona de color, no pretendas saber lo que es vivir como una persona de color.

Si no eres parte de la comunidad LGBT+, no pretendas saber lo que es vivir con esa etiqueta. Si nunca has sufrido de anorexia, no pretendas entender lo que se padece. Y sobre todo, no te burles de la situación y desestimes a las personas que se ofenden.

La anorexia, para los que no lo sepan, es una enfermedad. No es una moda, o una tendencia, o un capricho. Es un síntoma representado por la falta de apetito, acompañado por una  visión distorsionada de la imagen corporal de la persona que la padece.

Entonces, usar este mal para vender un disfraz sexy, claro, porque somos tan de siglos pasados que creemos que solo las mujeres sufren de anorexia, y que todos sus disfraces tienen que ser "sexy" y por supuesto, la delgadez, a cualquier precio, siempre es atractiva. 

PUBLICIDAD

Por eso tenemos trajes como el de Anna Rexia.

Jessi Davin , una mujer de 26 años que vive en Florida (Estados Unidos), se inspiró con este terrible disfraz para escribir un poderoso blog donde habla de su lucha con la enfermedad. Davin fue diagnosticada con anorexia a los 19 años y estuvo en tratamiento hasta los 22.

Este es un extracto de la poderosa respuesta de Jessi:

- 4 años de hospitalización - Un tubo de alimentación naso-gástrico, porque te hiciste pasar tanta hambre que tu cuerpo ya no reconoce la comida como alimento sino como un ente extraño al que debe atacar - Síndrome de realimentación, que puede matarte - Una lucha emocional que dura años - Un padre llorando de rodillas, pidiéndote que busques ayuda - Una madre que rompe en llanto cada vez que te ve porque te ves y hueles a muerte - Fiestas perdidas, cumpleaños pasados entre lágrimas en un hospital - Casi todos los órganos vitales de tu cuerpo fallando - Una silla para la ducha, porque no tienes fuerza ni para estar de pie y el agua tibia podría hacerte perder el conocimiento - Una silla de ruedas para todo lo demás, porque estás muy débil para caminar y si lo hicieras podrías sufrir un infarto - Una vida de medicamentos contra la ansiedad y los problemas de salud causados por Anna Rexia - Una fortuna en hospitales y viajes a la sala de emergencias gracias a Anna Rexia, aún en recuperación - Y si no consigues ayuda a tiempo, invierte en un ataúd, porque he perdido más amigos por esta enfermedad que por ningún otro motivo - Casi muero por esto. Sé que se supone es divertido y gracioso, pero en serio no lo es.

Davin concluye su impactante confesión con un mensaje más: " ¿Quieres un disfraz de Anna Rexia? Mejor vístete de zombie de una vez, porque un tercio de nosotros estamos muertos". Esto no quiere decir que todos los disfraces son ofensivos, así que no empiecen con cosas como "¿Y los zombies también se van a ofender?", o "Pobres piratas".

Sí se van a ofender otras etnias como los asiáticos o los indígenas, por los disfraces estereotípicos que tienen que ver sobre su cultura. No desestimes estos hechos, que a ti no te afecten y que tu intención no sea mala, no quiere decir que esté bien.

Escucha a las personas afectadas e intenta comprender su punto de vista.