La reina Isabel II es la monarca más conocida de todo el mundo (puedes más conocer más sobre ella en esta serie de VIX cine y tv gratis). Su nombre tiene peso por sí mismo, pero aun así ha sido opacada.
La reina Isabel fue opacada por la persona que más quería durante su juventud (no fue Felipe)

Las historias de la familia británica suelen apuntar que Lady Di y la Reina tenían una rivalidad por la gran sensación que causaba la princesa de Gales; no obstante, en esta ocasión no nos referimos a ella, sino a la princesa Margarita.

Así es, la hermana menor de la reina fue –en su momento– el centro de atención de los medios y seguidores de los royals por igual. Las razones eran muchas, como su personalidad, belleza y gusto por ser el centro de atención.

Andrew Morton, biógrafo de la realeza, contó en su libro Elizabeth & Margaret: The Intimate World of the Windsor Sisters que las hermanas fueron criadas de una manera muy igual y hasta las llegaban a vestir con las mismas prendas. Esto las llevó a ser mejores amigas.
Las cosas comenzaron a cambiar cuando su tío Eduardo VIII abdicó, y Elizabeth se convirtió en heredera al trono.

A partir de ese momento, comenzaron las diferencias entre la educación y tratos que recibía una y otra, lo que complicó su relación.
El diario The Guardian llegó a describir a la princesa Margarita como extrovertida, imaginativa y llamativa, mientras que Elizabeth era encantadora y desinteresada.

Cuando la hermana menor cumplió 18 años, hizo su debut en sus deberes como royal, así como en diferentes eventos sociales. A partir de ese momento quedó claro que le encantaban las fiestas y ser el titular de los tabloides, que la seguían en muchas de sus apariciones públicas.
Parte del encanto en ese momento era que, además de ser muy bonita, era soltera.

En 1955, a sus 25 años, se vio envuelta en uno de los más grandes escándalos de la realeza. En aquel entonces, ella ya mantenía una relación con Peter Townsend, oficial del Ejército británico, y tenía intenciones de casarse con él. Sin embargo, había un pequeño inconveniente: él estaba divorciado.

La iglesia anglicana no permitía que una persona divorciada volviera a contraer nupcias, y al ser Elizabeth la cabeza de la misma, crearía una gran controversia si le daba a su hermana permiso de casarse en esas condiciones.
Incluso así, la monarca estuvo dispuesta a hacer una excepción para que Margarita tuviera su historia de amor. Planeó junto con el primer ministro, Anthony Eden, un cambio en los estatutos para lograrlo, sólo había una condición: la princesa debía renunciar a sus derechos de sucesión al trono.

De manera sorpresiva, la misma Margarita fue quien anunció públicamente que no se casaría con Peter Townsend. Las razones de su decisión son un misterio al día de hoy.
En los años siguientes, la princesa se mantuvo activa en su vida social y deberes reales.

En 1959 hizo una compra que la llevó a distinguirse aún más de su familia: compró una tiara que se convertiría en su accesorio distintivo por el resto de su vida.
Se trató de la tiara Poltimore que, a diferencia de otras joyas de la corona, no fue pasada de generación en generación.

Curiosamente, esa fue la misma joya que llevó en su boda con el fotógrafo Antony Armstrong-Jones, un año después.
Su enlace tuvo otro detalle que lo hizo especial: fue la primera vez que la realeza transmitió por televisión una boda de sus miembros.

Pero la vida de casada, y al poco tiempo madre de familia, no impidió que la princesa siguiera asistiendo a sus fiestas y eventos sociales. Aunque los reflectores se alejaron un poco de su figura, mantuvo esa personalidad tan extrovertida que la distinguió.
¿Conocías la personalidad de la princesa Margarita? Cuéntanos en los comentarios sobre qué otros miembros de la familia real te gustaría saber.
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