Estos son algunos de los descubrimientos mágicos que hacemos cuando somos pequeños y olvidamos de grandes

¿Qué es la infancia? Es esa primera etapa de la vida donde nuestra mente está prácticamente en blanco y lista para recibir toneladas de información. Este proceso es muy importante especialmente cuando se es un parvulito. Las primeras nociones que se tienen sobre el mundo que nos rodea y sobre nosotros mismos son la base sobre la que podemos aprender cosas más complejas años después.

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Con el transcurso del tiempo el proceso se va complejizando de tal manera que olvidamos la base de nuestras experiencias en la vida. Mirando hacia atrás, nuestras primeras enseñanzas y descubrimientos pueden parecer simpáticos pero nadie puede negar que son parte de la magia de nuestros primeros años.

La sombra se mueve

Una de las cosas más maravillosas que muchos niños descubren es su propia sombra. Por supuesto que a estas edades no se tiene ningún conocimiento de física que explique cómo funciona la luz, la perspectiva, y el movimiento corporal. Para el infante es solo algo mágico que te persigue como un apéndice o extensión del cuerpo.

Descubrir la sombra le enseña al niño (muy básicamente) que existe una causa y efecto. Si mueves un brazo se mueve la sombra también, como se puede apreciar en este adorable video a continuación.

Y duele

Claro que todos los descubrimientos no son tan inofensivos como la sombra. ¿Quién no aprendió por la vía dolorosa que los objetos calientes no se tocan? Bien sea una sartén o cualquier otro utensilio sobre la estufa, nos enseñó muy duramente esta lección.

Lo mismo sucedió con las agujas y demás objetos punzantes o afilados. Como la bella durmiente, muchos de nosotros tocamos la punta de una aguja con el dedo para darnos cuenta de que no es una buena idea.

Hay más mundo

Imagen Thinkstock

A veces puede ser algo tan simple como ver el mundo en sí mismo. Una buena amiga mía me cuenta que cuando ella era muy pequeña pensaba que el mundo era todo una ciudad, que no existía otra cosa. Esto es lógico para los niños pequeños que han vivido todo el tiempo en una ciudad. Aunque no recuerda exactamente a qué edad, la primera vez que la llevaron a un paseo de campo quedó muy confundida. Se preguntaba qué estaba pasando con el mundo. Aunque le gustaba lo que veía se preguntaba por qué no habían edificios y por qué todo estaba tan verde.

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Así descubrió que existen los campos y las ciudades.

Pocos pueden recordar la primera vez que jugaron con su propia sombra, se quemaron, o cortaron pero estas lecciones se quedaron para siempre. Son parte de nuestro kit de supervivencia en este mundo y nos recuerdan que todo, hasta lo más simple es esencial para la vida.

¿Y tú qué lecciones mágicas recuerdas?