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Esta es la increíble historia de Jill Price, la mujer que no podía olvidar

Publicado 10 Jun 2016 – 04:45 PM EDT | Actualizado 26 Mar 2018 – 10:34 AM EDT
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¿Imaginas que fueras capaz de retener en tu cabeza hasta el más mínimo detalle de lo que te sucede en tu vida? De entrada y sin más datos, podría llegar a parecer una idea atractiva, especialmente para estudiantes o personas que necesitan retener muchos datos en la mente. Pero no te engañes.

En realidad es un tormento que le está costando la salud a una persona que lo está sufriendo.

Jill Price, americana de 51 años, lo vive en sus propias carnes. Porque la protagonista de esta historia, sencillamente es incapaz de olvidar nada. No exageramos, reiteramos que no olvida absolutamente nada de su vida cotidiana, ni el más pequeño detalle.

Su primer y temprano recuerdo fue sobresaltarse en su cuna a los dos años de edad, debido a unos perros que ladraban. Pero su  hipertimesia, que es el nombre de esta patología, fue a peor. Y a partir de los ocho años de edad, Jill ya no ha sido capaz de olvidar nada. Retiene desde el clima de cada uno de los días de su vida, hasta lo que ha comido o las palabras que la gente le ha dicho.

Lógicamente esto es una carga para ella porque la patología implica que su cerebro no descarta pensamientos. En situaciones normales, los detalles sin importancia son descartados y olvidados porque no son relevantes.

Pero en su caso se acumulan toda clase de datos triviales, buenos y malos; felicidad, amor, traiciones, dolor o ridículo. Así es que su cabeza nunca descansa y en ella se saturan los pensamientos sin permitirle pasar página ante hechos de su vida o que sea capaz de desconectar.

Tal es la saturación de recuerdos que Price sufre, que el peso de su almacenamiento y la imposibilidad de poder dejar de pensar en su pasado, le ha llevado a una profunda depresión que ha durado años y de la que le ha costado salir. ¿Imaginas ser incapaz de dejar de recordar todo lo negativo que te ha pasado en tu vida? ¿Tener por ejemplo la muerte de un ser querido tan presente y fresca como si hubiera sido ayer mismo? Su primer beso, el dolor de un desamor o la vergüenza de algún hecho concreto, perduran en su mente como recién sucedidos. Sin diferencia cronológica y totalmente claros. Ciertamente debe ser algo bastante desconcertante.

La ciencia sigue estudiando su caso sin poder tener una explicación clara de a qué se debe este inmenso almacenamiento de recuerdos sin descarte. La mente humana, como en tantos otros casos, sigue siendo un misterio insondable.

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