Un día escuchas hablar de ella y, por alguna razón, no le prestas la suficiente atención. Todo parece que marcha con normalidad hasta que decides que quieres verla. Tienen su primer encuentro y es como magia pura. Hay un flechazo directo al corazón.
Volverse adicto a una serie es como enamorarse


Pasan los días y quieres saber más de ella, quieres verla todo el tiempo. Tus sentimientos están cambiando y los demás perciben tu transformación. Ya no eres la misma persona.
Cuando nos topamos con una serie nueva y que nos sentimos enganchados casi desde el primer momento, comenzamos a experimentar un ciclo de fascinación hacia la historia y los personajes. Algunos creen que volverse adictos a las series es casi como estar enamorados.
¿Te pasa lo mismo?
Más que una historia
Pues bien, tus amigos te recomiendan una serie y tú le das una oportunidad. Las críticas que tiene son buenas y te embarcas hacia la aventura. Por alguna razón, cinco horas después, estás desaliñado y a punto de terminar la primera temporada. Has quedado atrapado.
Sin embargo, parece que existen explicaciones bastantes sensatas al respecto. Una de ellas tiene que ver con la construcción de la trama.
Ha cambiado la manera de contar historias, de hecho, ahora solo es cuestión de plantear un problema y cómo los personajes giran en torno a ella. Esta nueva era de la televisión exige producciones de mayor calidad tanto en los aspectos argumentales y técnicos.

Es en este punto cuando nuestra empatía entra en juego. Como estamos expuestos a planteamientos más densos y mejor presentados, nuestra mente se sienta atraída por la historia y quienes forman parte de ella. Por ello, es común sentir un crush por Jon Snow o, inclusive, por Frank Underwood.
Ambos ejemplos también nos indican algo muy importante. Los buenos y los malos tienen matices, complejidades y temores. Son personajes que se vuelven accesibles para nosotros puesto que son más reales.
Ver también: ¿Por qué genera adicción la televisión?
Los estados del amor

Vamos avanzando y nuestro “amor” hacia la serie crece y crece como la más perfecta de las relaciones. Cada plot twist es un salto para el espíritu pero, a pesar de las fuertes emociones, seguimos allí porque queremos saber más sin importar las consecuencias. Al mejor estilo de Romeo y Julieta.
Antes pasabas por alto los aspectos técnicos y ahora gracias a las series has cobrado mayor consciencia de estos. Ahora se trata de calidad cinematográfica. Un claro ejemplo de ello son producciones como True Detective o Game of Thrones.
Estás en tu sofá admirando la pieza que se proyecta en tu televisor con el rostro esperanzado por cada episodio nuevo y no puedes ocultar esa alegría. Tal y como si se tratase de una cita. Estás enamorado o enamorada, y ya no quieres salir de casa: ella es casi más importante que tus amigos.
Sin embargo, todo tiene un final, así sea temporalmente. Las series terminan para iniciar una temporada nueva y debes esperar hasta un año para saber cómo continuará. Tienes el corazón roto porque la ausencia es una realidad... en algunos casos, es para siempre.

La mejor manera de lidiar con la separación es instar a tus amigos a que compartan el sentimiento y hablen de ella como lo mejor que les ha pasado en la vida.
Ese amor o adicción no es tan producto de nuestra imaginación, realmente tiene que ver con que nos encontramos con una edad dorada de la televisión. Cada espectador tiene la posibilidad de disfrutar un sinfín de shows que han cambiado la manera de contar realidades.









