Varias razones para sonreír en Homeland [Crítica 2x01]

En el excelente último capítulo de la primera temporada de Homeland, todo inducía a creer que la segunda sería un "estiramiento" de una serie que hubiese resultado perfecta si terminaba allí mismo.

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Afortunadamente, con The Smile, los responsables demostraron que se puede continuar con esta historia del gato y el ratón manteniendo el conflicto central, pero sin complejizar innecesariamente la trama.

Homeland sigue siendo una historia de espionaje bien contada, atractiva, actual, interesante y con grandes actores. Varias razones para sonreír, incluyendo la gran noche de los Premios Emmy de hace un par de semanas.

De vuelta en acción

Recurriendo a un flashback explicativo en sus minutos iniciales, The Smile nos sitúa varios meses después de lo sucedido en la temporada anterior. Carrie Mathison ( Claire Danes) vive junto a su hermana y su padre, recuperándose de la terapia de shocks a la que se sometió en busca de curarse de su bipolaridad.

Dedicada al jardín y a la docencia, Carrie es  visiblemente infeliz. Pero sabe que volver a los viejos asuntos pondría en jaque su estabilidad. Sin embargo, lee, escucha, se informa en pequeñas porciones sobre lo que pasa en Medio Oriente.

Justamente es en Medio Oriente donde Saul Berenson ( Mandy Patinkin), ex-compañero de Carrie, encuentra a una espía "dormida" de la cual no tenía conocimiento. Se trata de la esposa de un militar de alto rango que integra las filas del temible Abu Nazir ( Navid Negahban). 

Imagen Showtime

La mujer tiene información clave sobre un próximo ataque terrorista en USA, pero solo se la entregará a la agente que la reclutó: Carrie Mathison.

Así, Saul contactará por primera vez a Carrie después de que fuera relevada de la CIA. En un principio, Carrie se niega a ayudar, sobre todo porque su interlocutor es David Estes (David Harewood), responsable de su despido. Sin embargo, su sentido del deber no impedirá que cuestiones personales se interpongan con la vida en juego de los civiles.

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Carrie arma su valija ante la protesta de su hermana, y toma un avión acompañada por una eficiente militar que la asesorará en la misión, remarcando la ausencia de su amigo Virgil (David Marciano), el espía freelance. El recambio de personajes secundarios parece ser una decisión tomada en esta etapa.

El padre americano

Mientras tanto, Nicholas Brody ( Damien Lewis), sigue un camino apartado al de Carrie. Pasa por un buen momento familiar y profesional. La relación con su esposa e hijos es grata y su mentor político quiere que sea su candidato a vicepresidente.

Imagen Showtime

Justamente es William Walden ( Jamey Sheridan) el que le pregunta si tiene "trapos sucios" que sacar antes de postularlo. Brody niega elegantemente cualquier pecado. Pero esos "trapos sucios" reaparecen a cobrarse sus mentiras.

Por un lado su hija Dana ( Morgan Saylor) discute son sus compañeros de clase al defender a los  musulmanes, la religión que secretamente profesa su padre.

Esta situación provoca que sea reprendida en la escuela y posteriormente por su madre. Brody se ve obligado a defender a su hija y confesarle a Jessica ( Morena Baccarin) su conversión, provocando que aflore la cara más conservadora y repugnante de su "esposa perfecta". 

Como si fuera poco, Brody recibe la visita de Roya Hammad ( Zuleikha Robinson), una mensajera de Abu Nazir. La conversación entre ellos es sin dudas una de las grandes escenas de Homeland. Este nuevo personaje logra que Brody comprenda que está en medio de una guerra en la cual hay que escoger bando, y que sus decisiones causarán mucho dolor.

Imagen Showtime

Risas y llantos

Sobre el final del capítulo, Carrie está nuevamente activa. Luego de una lucha cuerpo a cuerpo, sonríe por primera vez en mucho tiempo. Paralelamente, Brody "entierra" su Corán acompañado por Dana, ya que Jessica deshonró el libro al arrojarlo al piso, generando una escena altamente emotiva.

Si los responsables de la serie mantienen el nivel de esta primera entrega, no sería extraño que Homeland siga cosechando éxitos a lo largo de su emisión.