En este episodio 3 de la primera temporada de Under the Dome han pasado sólo dos días desde que la misteriosa cúpula apareció de repente en el pueblo de Chester’s Mill y, sin embargo, las cosas ya están completamente fuera de control y todo lo que sucede, así como los comportamientos de las personas, o bien no tienen explicación lógica alguna, o bien se intentarán después explicar mediante algún elemento sobrenatural impuesto por el domo, lo que sin dudas resultará igual de insatisfactorio.
Under the Dome: perdiendo el control [Crítica 1x03]


La cacería
El título del episodio es Manhunt (“Cacería”) y se refiere al comando montado especialmente por Big Jim Rennie ( Dean Norris) para atrapar al lunático agente de policía que en el capítulo anterior terminó asesinando a su compañero y que, ahora, logra escaparse, llevarse varias armas y municiones e internarse en el bosque, vaya a saber con qué propósito.
Los hombres más poderosos del pueblo van tras él a pesar de que no puede escapar a ningún lado, aparentemente porque ahora representa un peligro para todos, aunque hasta hace un día era simplemente uno de los (cuatro) agentes de policía del pueblo.
Quizás yo esperaba que Under the Dome retratara cómo un pequeño y apacible pueblo comienza a convertirse en un infierno a raíz de una inexplicable cúpula que lo aísla del resto del mundo. Sin embargo, la serie nunca se preocupó por mostrarnos cómo era Chester’s Mill antes de la cúpula o cómo esta transformación se va sucediendo lenta pero inexorablemente.

Directamente, luego de un interesante y entretenido piloto en el que aparece el domo y se presentan por primera vez los personajes, se llegó a una situación de caos generada por personajes que actúan de manera ridícula e inexplicable.
El ansia de poder y la maldad de Big Jim nada tienen que ver con la cúpula, sino que ya estaban ahí y ahora simplemente intenta aprovechar la situación. Tampoco se pueden explicar por la aparición de la cúpula el errático comportamiento del agente de policía que mata a su compañero y luego se escapa, ni el del absurdo psicópata Junior ( Alexander Koch), ni el del Reverendo Coggins ( Ned Bellamy), y en todos ellos están puestas las principales líneas de conflicto de la serie.
En la situación actual de Under the Dome, todo el asunto de la cúpula aparece como una frágil excusa para poner en escena a unos cuantos villanos repentinos y, como contraparte, unos cuantos personajes convertidos en héroes de repente.
Bienvenidos al siglo XXI
Este episodio posee además otras subtramas que dejan mucho que desear.
El intento de Junior de escapar por debajo de la cúpula, yendo hacia unos túneles subterráneos en una fábrica abandonada, funciona bastante bien en el sentido de minar cada vez más las esperanzas de los personajes de salir de allí, pero también se utiliza para ahondar en las historias de fondo de Junior y de Julia ( Rachelle Lefevre), aunque de manera bastante obvia y elemental.

Se intenta entonces explicar los problemas emocionales de Junior con la muerte de su madre y un padre exigente y poco afectuoso, y el afán de Julia por la Verdad con un antiguo error profesional.
No menos obvia fue la escena del final cuando Barbie ( Mike Vogel), un personaje que tiene mucho que ocultar y sobre todo a Julia, deja todas sus pertenencias a la vista de ella y ésta encuentra un mapa con un punto marcado: el lugar donde Barbie enterró a su marido.
Otra de las subtramas del episodio fue la de los adolescentes en la casa de Joe ( Colin Ford), que van a cargar sus dispositivos móviles aprovechando que allí hay un generador.
Todo esto no tiene ninguna importancia y no aporta nada a la historia, excepto generar un vínculo entre Joe y la nueva chica, que tiene “dos madres”, hecho al que todos en Chester’s Mill reaccionan como si estuvieran ante algo mucho más amenazador que una cúpula enorme e impenetrable que los deja aislados del resto del mundo.

Supongo que los guionistas con esto quisieron cumplir con la cuota políticamente correcta (una pareja de lesbianas, una de ellas negra, etc.) y a la vez lanzar una crítica a ciertos aspectos conservadores tradicionales en los pequeños pueblos aparentemente ejemplares, pero, vamos, ¿quién reaccionaría de la manera que lo hicieron los dos hombres en el bar? ¿De verdad el joven Joe estaría tan sorprendido ante esta información?
Puntaje: 5.







