The Crazy Ones: Me pareció ver un lindo patito [crítica 2x01]

Mientras la historia va tomando forma y nosotros vamos conociendo a cada uno de los personajes que forman parte del elenco de The Crazy Ones, nos encontramos con situaciones más o menos graciosas y una serie llevadera que trae algo de refrescante. Quizá debamos preguntarnos si con ser fresca es suficiente para engancharnos.

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Vos sos vos, yo... a veces quiero ser vos

Simon ( Robin Williams) se niega a aceptar que su hija no tiene el espíritu alocado que tan lejos lo llevó y la pone a prueba: en medio de una presentación propone a los clientes desarrollar una propuesta fabulosa.

Sydney ( Sarah Michelle Gellar) se ve atrapada, nuevamente, en las promesas de su padre y tiene que solucionarlo de alguna manera. Crea una propuesta alocada, le sale mal y, al final, lo soluciona ganándose las felicitaciones de todos, sobre todo de su padre.

Realmente espero que la serie no se centre en cómo Sydney le va a demostrar a Simon que ella también es buena publicista, puede hacer cosas locas y divertirse con este trabajo que tiene muchos ires y venires, porque si lo hace va a resultar repetitiva y ni Robin Williams va a poder rescatarla.

Imagen CBS

Mi escena favorita

Creo que lo que más me divirtió fue toda la situación alrededor de los patos. Andrew ( Hamish Linklater) y Zach ( James Wolk) entran en una pequeña competencia por conseguir ser el favorito de Simon, a quien se lo ve bastante halagado con la situación y busca ser justo con sus dos asistentes, por esto es que Andrew es invitado a ayudarlo con sus patos y, al final, termina enamorándose perdidamente de ellos.

Confieso que cuando vi a Simon y Andrew marchando casi a un ritmo perfecto, con todos los patitos siguiendoles el paso estallé de la risa. Para completar eso Andrew debe meterse a un lago para que los patos lo sigan y completen la "liberación" que Simon tenía planeada para ellos.

Imagen CBS

Puntaje: 6/10. El capítulo fue mucho más flojo que el anterior y, me temo, que la parte más divertida de todo fueron esos segundos de bloopers que la producción ha dedicido regalarnos. Creo que la pregunta es si nos alcanza con el Robin Williams que todos queremos... ese que hace voces y caras extrañas, o si necesitamos algo más para engancharnos con una comedia semana tras semana.

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