Intentando seguir los parates y repentinas emisiones, The Crazy Ones volvió con un capítulo que me entretuvo, y trajo a la pantalla a una actriz que pone el cuerpo para uno de mis personajes favoritos de las series actuales: Cheryl Hines. Quien en este capítulo representó al cliente y, también, a la madre del festejado.
The Crazy Ones: Mal candidato [Crítica 1x16]

Más allá de esto, me emociona que quizá veamos a una Sydney ( Sarah Michelle Gellar) que sobreviva a su mala suerte con las parejas, pero esto no sin críticas… ¿Había que llevarla al límite?
A él también le pasó
Para resumirlo en una oración, la agencia de Simon ( Robin Williams) se convirtió en organizadora de eventos y salón de fiestas. Así es como terminamos metidos en algo que llamaron: Zach Mitzvah, porque es Zach ( James Wolk) el animador del festejo, con su chaleco rojo de lentejuelas y todo.
Creo que toda la historia de Zach con su corazón roto por la artista Zoe ( Jackie Seiden) no me resultó de lo más divertida, pero verlos a todos ellos en "Modo fiesta: ON" me terminó resultando simpático. Me gustó verlas a ellas bailando, a Andrew ( Hamish Linklater) intentando comprender cómo nadie se burla de Zach y a Simon buscando rescatar la cuenta de éstos hoteles baratos.
Quizá fue un poco sorpresivo ver a Zach, el galán, frente a la situación de "Nunca te amé. Fue solo una noche", aunque, si lo pensamos bien, las cosas no le están saliendo nada bien últimamente. Las chicas de Victoria Secret le dijeron que no y hasta Lauren ( Amanda Setton) lo dejó.

Homeless
Casi como una respuesta hacia mi pedido pareciera que Sydney está empezando a conocer a alguien que le gusta. Pero las cosas nunca son tan sencillas para la pobre muchacha, lentamente va descubriendo que no es el candidato que ella pensaba.
Owen ( Steve Talley) pasó de ser su vecino y un "primo guapo"… a ser mesero y no tener dónde vivir. Frente a ésto lo vemos a él durante toda la fiesta intentando demostrarle a Sydney que ella era una prejuiciosa y había dejado de interesarse en él por ser mesero. Y ella encontrando (buenas) razones para que los demás entendieran que no era simplemente eso, que había una actitud general que no terminaba de gustarle de Owen.
Personalmente creo que hasta lo de mesero entendía el chiste, pero cuando pasó toda la situación del sillón creo que fue demasiado.
Fue ponerla a prueba y al límite… ¿ Será que la hija de un exitoso publicista no tiene el derecho ni el permiso de tener una aventura amorosa y ser feliz?

Puntaje: 7/10. Entretenido y logramos ver a los personajes en una situación completamente diferente, aunque no "haciendo" o "actuando" de forma diferente. Estuve esperando todo el capítulo que la "situación mesero" se revirtiera y se convierta en un chiste hacia Sydney. Lamentablemente no pasó pero, al menos, cantamos juntos una canción de Chicago. Y eso algo debe valer.







