Logan es un film único en su clase: brutal, desgarrador, violento, profundo y poético. Claramente inspirado en los western clásicos, la historia de Logan, por momentos, nos muestra elementos paralelos, casi idénticos (la escena de la persecución y el tren, por ejemplo), aunque más allá de las secuencias y forma de relato, es la esencia del film la que está impregnada por la fragancia de un western; en especial, de uno muy famoso: Shane.
Shane: el glorioso western que inspiró y marcó el destino de Logan, ¿pero por qué?

«La próxima vez que nos peleemos no será con los puños, quedará en el aire el olor de la polvora».
Dirigida por George Stevens, un director, guionista y productor californiano, Shane está basada en la novela homónima escrita por Jack Schaefer en 1949.
Al igual que ocurre con Logan, la historia de Shane es sumamente poética. Esta poesía viene de la mirada dominante en el relato, ya que, como espectadores, vemos todo desde el punto de vista de un niño. Un niño que está descubriendo cómo funciona el mundo, y no cualquier mundo, el suyo; un mundo en el que la violencia es el medio, una realidad en la que hay hombres malos que solo pueden ser detenidos por hombres buenos que hacen cosas malas.
- Ver también: Weird West: 7 westerns raros y atípicos
«Una arma es buena o mala según el hombre que la use. Recuérdalo» [Shane]

En este sentido, la historia de Shane y la de Logan son muy parecidas: en ambas obras el héroe debe cargar con un peso más allá del que le gustaría soportar, y las marcas de lo que ha hecho lo han transformado, lo han alejado de su felicidad. Shane no pudo olvidar su pasado, no pudo huir de él... tampoco Wolverine.
Shane es un film que fluye dentro de los arquetipos cinematográficos y culturales predominantes en la época. La estructura es básica: un conflicto local que oprime al indefenso y un desconocido que llega para ofrecer cierta clase de solución. Pero la importancia de este western no radica en su premisa, sino en su desarrollo, en la relación entre sus personajes y, sobre todo, en la transformación de ese niño.
«Correcto o equivocado, es una marca»

«Right or wrong, it's a brand. A brand sticks. There's no going back. Now you run on home to your mother, and tell her... tell her everything's all right. And there aren't any more guns in the valley».
Shane es un film que, desde un principio, se siente como un final. Sabemos que el héroe está allí para redimirse, para hacer lo único que sabe hacer por una última vez, y esta vez, por un bien mayor a su propia existencia. De esta forma, Logan y Shane conviven bajo una sola filosofía artística, y el mismo paradigma vital rodea a sus protagonistas: solo queda morir, esta vez, lo haré bien.
- Podría interesarte: Una marca permanece: es momento de que hablemos sobre el final de Logan
Y así fue que Logan se despidió para siempre, ¿o no? Bueno, podríamos explicarlo de la misma manera que lo hizo Shane, en su momento:
«- ¿No volveremos a verte nunca? - Nunca es demasiado tiempo». —Shane
Si te gustó Logan, te recomiendo ver esta película; por lo menos para darle un último adiós a Wolverine. Y a Charles, él amaba esa película... no voy a llorar, no voy a llorar.
Esperamos tus comentarios.




