Películas de amor que en realidad son historias de terror (y no es por los vampiros)

Por lo general tenemos claro cuándo estamos viendo una película de terror: los fantasmas, las tripas y las motosierras pueden darnos alguna pista. Pero en algunos casos el horror es más difícil de identificar: se oculta detrás del romance.

PUBLICIDAD

Es que las fantasías y el «felices para siempre» muchas veces enmascaran el abuso y el horror en una relación. Y hemos visto esto una y otra vez en Hollywood.

Películas que romantizan relaciones abusivas

Crepúsculo

Si Edward no es un stalker, entonces no sé qué es. Va con Bella a todos lados, no deja que se junte con Jacob y hasta la mira dormir. La aísla de su familia al evitar que hable con su padre sobre la relación y acaba haciendo que Bella deje toda su vida anterior y sus afectos para estar con él.

Diario de una pasión

Cuando se conocen, Noah amenaza a Allie con suicidarse para que salga con él, incluso después de que ella le dijera que no. En este caso, sin embargo, el abuso va para los dos lados: en varias ocasiones vemos que Allie agrede físicamente a Noah durante las peleas.

50 sombras de Grey

Christian aísla a Anastasia al decirle que no puede hablar con nadie acerca de su relación, le dice qué ponerse, qué comer, compra la editorial donde ella trabaja y la persigue a todas partes. Todo esto deja claro de que no se trata de una simple historia de amor, sino de una relación abusiva.

La Bella y la Bestia

O el síndrome de Estocolmo. Incluso en la nueva versión de 2017 protagonizada por Emma Watson, Bella no puede dejar el castillo aunque lo desee, lo que la convierte en una prisionera de la Bestia. Además, con su amor, Bella transforma a la Bestia y hace que deje de ser una persona agresiva. Así, envía un mensaje muy peligroso: si alguien es agresivo, quiérelo más y lograrás que cambie.

PUBLICIDAD

Dejar ir el sueño

De acuerdo con la Dra. Julia Wood, profesora de la Universidad de Carolina del Norte, estas películas son peligrosas porque «las mujeres usan las narrativas de género y de romance para encontrarle sentido a las relaciones violentas». En una investigación de dos años con mujeres sobrevivientes a relaciones con violencia física, la académica observó que, al inicio de la relación, las mujeres veían a sus exparejas como «el Príncipe Encantador» y a su historia de amor como «un romance de cuento de hadas».

«El Príncipe Encantador es fuerte, poderoso, seguro de sí mismo y dominante… El control, la dominación e incluso la violencia encajan perfecto tanto con el Príncipe Encantador como con el Príncipe de las Tinieblas. Las mujeres que buscan mantener una relación que tiende al caos tienen a su disposición narrativas legitimadas culturalmente que reconcilian lo irreconciliable, le dan sentido a lo insensato», explica Wood.

La dificultad que las mujeres tenemos para dejar este tipo de relaciones tiene que ver, en parte, con que después del abuso viene una etapa de cortejo, y con ella el Príncipe Encantador del comienzo de la relación. Pensamos que podemos cambiarlo, que tal vez nuestro amor y contención desterrará a la Bestia de una vez por todas.

Pero hay un motivo más profundo, explica Wood: «porque no es solo renunciar al hombre, es dejar ir el sueño, toda la imagen y la creencia de cómo debería ser, en especial si no tienes otro sueño a donde ir».

Una salida posible

Para trascender esta problemática, Wood plantea una alternativa:

«Me gustaría que surgieran en la cultura más historias de relaciones en que las personas tienen problemas y los resuelven de forma pacífica. Nuestra cultura debería darnos historias de parejas que experimentan ira, frustración y otros problemas, y lidian con ellos sin violencia».

No estamos hablando de un cine sin violencia. Es parte de nuestra experiencia humana y, como tal, el cine debe retratarla, pero con responsabilidad. Y, de más está decirlo, sin confundirla con amor.

No te vayas a ir sin leer...