Los muros se derrumban en Elementary [Crítica 1x04]

De a poco Elementary va encontrando su propio camino. En el episodio anterior vimos a Sherlock poner a prueba todo su ingenio para resolver un retorcido caso sobre un secuestrador de niños. En este cuarto episodio, el detective tuvo que poner a prueba su entereza y así volver a enfrentarse a su pasado.

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The Rat Race llevó a Holmes ( Jonny Lee Miller) a ocuparse del caso de una ambiciosa secretaria trabajando en el corazón de Wall Street, dispuesta a hacer lo que fuese necesario para que su jefe ascendiera a la cabeza de una corporación. Sin embargo, la investigación de Sherlock lo llevó a nadar por aguas peligrosas, y pasó él mismo a convertirse en otra potencial víctima de esta silenciosa asesina. Pero para suerte de nuestro detective, las habilidades deductivas de Joan Watson ( Lucy Liu) la llevaron a informar al capitán Gregson ( Aidan Quinn) sobre la desaparición de Sherlock.

Una vez más, vemos cómo el show de la CBS busca diferenciarse de su predecesora británica, indagando más en las historias personales de los protagonistas, pero lo que importa más aún, en descubrir el misterio más grande de todos: Sherlock Holmes. Si bien puede resultar entretenido tratar de ver, y seguir, a Holmes aplicar su pensamiento deductivo y así poder dar cuenta de cosas que la mayoría de nosotros no notaría en cada nuevo caso, creo que lo que va a ser más importante en este show es tratar de descifrar al héroe. Y espero que la serie siga en esa dirección porque creo que está haciendo un buen trabajo.

Cuando la evidencia queda al descubierto

Cuando el ejecutivo aparece muerto, aparentemente por una sobredosis de heroína, Watson comienza a preocuparse. Expuesto a una situación que no puede negar: adicto, encontrado muerto, con una aguja inserta en su antebrazo, Watson teme que este escenario pueda desencadenar una recaída, o lo que sería peor aún, causar un fuerte impacto en su estado emocional. A pesar de que Sherlock trata de mitigar su respuesta emotiva, para poder disipar todas las preocupaciones de su compañera, su lenguaje corporal no miente y lo vemos nervioso mientras niega la situación y trata de encontrar una justificación lógica al caso.

Imagen CBS Press Express

Tanto nosotros, como Watson, desconocemos qué le sucedió a Sherlock en Londres. No debe haber sido nada bueno para que lo haya afectado tanto, y que lo haya llevado por el camino de la destrucción y el daño a su propio ser, convirtiéndolo en un adicto. Es entendible, y se sabe, cómo los humanos pueden llegar a ampararse bajo el consumo de estupefacientes para poder olvidar y evitar el dolor o el sufrimiento que nos pueda generar una determinada situación. Sin embargo, Sherlock se repliega a sí mismo y decide mantener ciertas cosas en privado, así como evita y desvía el tema cada vez que Watson trata de acercarse a él.

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Es curioso ver cómo se complementan estos dos personajes. Así como Sherlock evade ciertos temas de conversación, lo mismo hace Watson con respecto a su antigua profesión. Nunca la hemos escuchado hablar de sus días como cirujana, y de la misma forma opta por evadir el tema.

Dadas las circunstancias del episodio, Sherlock se ve obligado a contarle su historia a Gregson, e impacta su sinceridad al decirle que se siente avergonzado. Es increíble todo lo que allí se pone en juego, porque es mucho más que vergüenza. Sherlock trata de mantener a límite la catarata de emociones que lo atraviesan en ese momento, lo cual hace más incómoda la situación. Sin lugar a dudas, otra gran interpretación de Lee Miller.

Imagen CBS Press Express

Por su parte, Watson se preocupa por Sherlock preguntándole si se encuentra bien, a lo que éste le responde que tiene que estar bien para poder concentrarse en el caso. ¿Será que lidiar con lo que lo atormenta realmente lo distrae del caso, o es el caso lo que lo mantiene ocupado para no hacer caso de sus problemas?

Volviendo a Watson, podemos ver lo entusiasta que está a medida que va incorporando las habilidades deductivas de Sherlock, aunque él no está tan feliz de que así sea. Creo que esto se debe en partes a que la habilidad de poder ver más allá de los detalles, así como en las personas, tiene un costo. “Están en todas partes”, declara Sherlock en alusión a estos pequeños detalles. “Una vez que comienzas a ver es imposible detenerse”. Sería algo así como que su habilidad es su maldición, y las consecuencias es alejar a las personas de él. Es, en definitiva, estar solo.

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The Rat Race fue un gran episodio. La vulnerabilidad de los protagonistas se dejó ver en su máxima expresión. Derrumbando los muros y  dando lugar a que sus verdaderas emociones tomarán parte en la historia. Claramente esta versión continúa creciendo en un tono más realista, aunque bastante alejado de lo que Conan Doyle imaginó. Espero que a medida que la serie avance deje todavía más de lado sus procedimientos policiales, y se siga enfocando aún más en los personajes. Elementary regresa el próximo jueves con Lesser Evils.

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