Luego de un inicio prometedor, al segundo episodio de la temporada 3 de Homeland le faltó uno de los ingredientes clásicos de la serie: la sorpresa. Si bien tuvo algunos momentos interesantes, "Uh... Oo... Aw..." (así se titula), recicló algunas situaciones que en el inicio de la serie garantizaban un buen momento, pero que para el espectador fiel tuvo gusto a viejo.
Homeland: un paso en falso [Crítica 3x02]

Los capítulos de transición, aquellos donde se puede respirar luego de vivir situaciones intensas y conocer un poco más a los personajes, son siempre bien recibidos. Pero como la versión 2013 de Homeland aún no despegó, tal vez no fue buena idea incluir un capítulo de este tipo como segunda entrega.
El drama de Dana
Conviene hacer un repaso de un personaje que fue la historia secundaria de este episodio y motivo de queja de muchos fans: Dana Brody ( Morgan Saylor). En el pasado la hija de Nick Brody resultaba interesante, al ser la única que lograba tejer una relación familiar con el ex marine. Y de paso se relataba con eficacia algunos de los dramas universales de una adolescente. Incluso hubo un asesinato en medio de su historia particular, que visto a la distancia suena excesivo.
Pero Dana también era la que siempre estaba a punto de descubrir la doble agenda de su padre, añadiéndole a Homeland una capa más de tensión bien construida.
El intento de suicidio de Dana que se está contando actualmente no es ni cerca tan atractivo como las líneas argumentales que tejieron alrededor del personaje anteriormente. Pero se puede entender, e incluso darle una oportunidad.
Pero dedicar casi 20 minutos del total a su drama personal (con novio e incomprensión maternal encima), sin ni siquiera conectarla con la estructura principal de la historia, es todo un paso en falso. Principalmente porque los que ven Homeland están interesados en una historia de espionaje. Ojalá más adelante se justifique por qué se le destinó tanto tiempo de pantalla a un personaje que no despierta interés. Y sumando que su padre tampoco apareció en esta emisión.

Otra vez Carrie
La otra mitad del episodio se centró en la protagonista de la serie: Carrie Mathison, Claire Danes, la actriz que le da vida, recibió un merecido Emmy por su trabajo, y notablemente (y como suele pasar) ahora es productora de la serie. O sea que tiene un poder de decisión importante dentro de Homeland.
Tal vez por eso volvieron a insistir en que Carrie pierda control de su personalidad, otra vez. Recordemos que la agente sufre un trastorno bipolar. Este es un rasgo de personalidad sumamente interesante dentro de la composición del personaje, más cuando de a poco su condición tomó relevancia dentro de la historia principal.

En el pasado Carrie ya sufrió descompensaciones peligrosas. Incluso debió sufrir un tratamiento de shock para volver a acomodar su vida. Y hay que admitir que Danes logra sus mejores momentos interpretativos cuando el personaje está fuera de sí. Pero en este capítulo se sintió el abuso del recurso. Carrie sintió profundamente la traición de Saul ( Mandy Patinkin) cuando el ahora director de la CIA la denunció públicamente de haber tenido una relación con Brody y de ser mentalmente inestable.
A lo largo de Uh... Oo... Aw... Carrie trata de armar un escándalo sacando a la luz los trapos sucios de la agencia. Pero es detenida y puesta bajo observación. Como Saul amenaza veladamente a la familia Mathison, si Carrie continúa con ese comportamiento pronto se convertirá a si misma en un "blanco" para la CIA.
Dentro de lo positivo del capítulo vale mencionar que Saul, está tras la pista del responsable del atentado a Langley, quien parece tener aceitadas conexiones con banqueros norteamericanos.

Puntaje: 4/10. El capítulo no despertó intriga y se sintió desgastado. Pero Homeland suele tener un as bajo la manga. Esperemos que lo utilice pronto.




