Se acerca el final del temporada (solo resta un capítulo), y con Big Man in Tehran, Homeland dejó el listón bien alto de cara a la su conclusión. Luego de empezar la tercer temporada de forma irregular, con giros sorpresivos pero desafiando el interés del espectador en varias ocasiones, en la recta final la serie retomó la intriga y la sorpresa, dos elementos que la diferenciaron del resto de la programación televisiva.
Homeland: Cambio de estrategia, mismo plan [Crítica 3x11]

La historia está en un punto tan candente que es necesario hacer un resumen: Brody logró ingresar a Irán luego de una complicada excursión. Allí queda a merced de Majad Javadi ( Shaun Toub). En pos de no levantar sospechas de su condición de doble agente, Javadi asesina al amigo de Brody y lo mantiene encarcelado. Mientras tanto, en EE.UU., Carrie será la responsable de recuperar a Brody luego de que él cumpla su misión: asesinar a Akbari, el número uno de la inteligencia iraní, y reemplazarlo por Javadi. Claro que en Homeland, nada resulta como debe ser.
Territorio enemigo
Carrie ( Claire Danes) viaja a Teherán para asistir a Brody ( Damian Lewis) en el plan. Mientras tanto, Saul ( Mandy Patinkin) saca ventaja de su prisionero, el agente israelí que lo espiaba mientras se acostaba con su esposa. Saul logra reclutar a dos iraníes que trabajan para el Mossad y que proveerán del material necesario para ejecutar la operación.
Paralelamente, Brody debe enfrentar los interminables interrogatorios de Javadi. Y Javadi, a su vez, debe convencer a Akbari (su jefe) que conozca personalmente a Brody. Contra todo pronóstico, Akbari acepta reunirse con el renegado norteamericano. En ese instante se pone en marcha la operación.

Saul monitorea todo desde la CIA, y Carrie junto a los dos agentes hace la operación desde la tierra. Pero la misión falla. Cuando Brody está a centímetros de cumplir con su objetivo, Akbari se retira y lo deja a solas con un personaje inesperado: la esposa de Abu Nazir.
La mujer se emociona al recibir a quien considera casi un hijo, y le hace saber que en Teherán todos aprecian que haya cumplido con los designios de Alá. En otras palabras, le ofrece la posibilidad de redención y paz en una tierra que es su segunda casa. Cuando Brody sale a la calle, los medios y los ciudadanos le hacen notar que en ese lugar es un "gran hombre".
Cambio de opinión
En el gobierno estadounidense, este cambio de situación lo preocupa de sobremanera. Ya no lo consideran más como un "activo", sino como una amenaza. Y que se transforma en certeza cuando Brody aparece dando entrevistas en la televisión como si fuera un héroe nacional. Si bien la duda permanece, el senador Lockhart ( Tracy Leeds) describe muy bien la personalidad de Brody: "Es un hombre que suele cambiar de opinión".
Saul ordena (muy a su pesar), liquidar a Brody, ya que compromete la identidad de Javadi. Carrie, como es esperado, hará lo posible por protegerlo, porque confía en que sigue cumpliendo órdenes.

Y en esta instancia, Homeland recupera el juego ambiguo que Había perdido en este año. El espectador realmente no sabe como reaccionará Brody, si busca la redención, sobrevivir, o ambas cosas.
Y también es para destacar como el personaje logró acoplarse (y adueñarse) de la trama, teniendo en cuenta que esta es el cuarto capítulo (de doce) en el que aparece.
[ Spoilers] Finalmente, Brody logra concertar una entrevista personal con Akbari, en la misma oficina donde Abu Nazir diseño el destino del ex-marine. Luego de un diálogo sumamente inteligente, donde sobre el final cualquier decisión que tome queda justificada plenamente en base a las motivaciones que expuso, Brody asesina a Akbari. Y en el último minuto, también opta por sobrevivir y llama a Carrie, pidiéndole que lo saque del cuartel general. Un cliffhanger perfecto.
Puntaje: 9/10. Sin dudas el mejor episodio de la temporada, cargado de emociones y giros sorpresivos de guión, y con el mejor cliffhanger del año.




