Guardians (2017), cuyo título original es защитники –léase Zashchitniki– (término que significa Defensores), es una película rusa de acción y ciencia ficción cuya historia gira en torno a unos seres humanos con superpoderes y habilidades. Un film más a la larga lista de películas de superhéroes a las que nos tiene acostumbrado Hollywood.
Guardians, la película rusa de superhéroes que se volvió objeto de culto

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Un poco de historia
Aunque está ambientada en la actualidad, la premisa de la trama se remonta hasta la época de la Guerra Fría, un enfrentamiento político y social entre el bloque Occidental (liderado por Estados Unidos, siguiendo el sistema socioeconómico del capitalismo) y el bloque del Este (liderado por La Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, siguiendo la doctrina socialista del comunismo).
Dicho enfrentamiento surgió tras la finalización de la Segunda Guerra Mundial en 1945 y se extendió hasta 1991 cuando la Unión Soviética fue oficialmente disuelta. Durante esas décadas, la población de ambos bloques vivían en constante tensión, tanto por el temor a que se desate una tercera guerra mundial durante los años de la «paranoia atómica» (temor ante la posibilidad de ser atacados por armas nucleares), como también por como la situación política de América Latina se vio afectada cuando Estados Unidos «patrocino» diversas dictaduras.
Ese ámbito de nerviosismo fue caldo de cultivo para las teorías conspirativas, siendo el caso de los supersoldados y espías durmientes la base para cientos de novelas, películas e incluso cómics.
La trama del film
En algún momento poco claro sobre el final de la Guerra Fría, el departamento de Estado inicia el programa патриот (Patriota) donde se desarrollan armamentos experimentales, como ser el prototipo Modulo 1 –un sistema electromagnético de control de maquinaria a distancia– y una serie de experimentos genéticos en seres humanos y animales dirigido por el ambicioso y poco ético Avgust Kuratov ( Stanislav Shirin).
Ya en la época actual, durante una prueba de una nueva generación de tanques inteligentes, los prototipos son hackeados a distancia y asesinan a los militares en el campo de pruebas. El culpable no es otro que Kuratov, quien décadas atrás hizo volar su laboratorio con él dentro para escapar de la corte marcial debido a sus experimentos prohibidos. Para sorpresa de todos, la explosión química y radioactiva lo convierte en un monstruo de portentosa fuerza y resistencia a las heridas.
Con su nuevo cuerpo transformado, Kuratov perfecciona el prototipo Modulo 1 adhiriéndolo a su espalda, y lo utiliza para tomar el control de los vehículos de la milicia y forma un ejército de clones con los que planea poner a todo el planeta bajo su control. El actual ministerio de Estado reactiva el programa Patriota y convoca a cuatro sobrevivientes de los experimentos genéticos de Kuratov para poder detenerlo.
Ler (Sebastien Sisak)
Un ermitaño originario de Armenia, capaz de emitir un campo electromagnético invisible que le permite controlar y manipular las rocas de su entorno, similar a la habilidad psíquica de la geokinesis. Su nombre es la palabra armenia para montaña.
Khan (Sanjar Madi)
Un sicario nativo de Kazakhstan, capaz de impulsarse alcanzando una velocidad cercana al sonido, lo que aumenta la capacidad destructiva de cualquiera de sus golpes y vuelve letal a su estilo de lucha usando unas enormes cimitarras. Su nombre es un término en mongol para rey.
Arsus (Anton Pampushnyy)
Un berserker originario de Siberia, capaz de alterar su cuerpo en diferentes estados híbridos de humano y oso. También puede convertirse completamente en ese animal, y alcanzar el máximo de su fuerza. Su nombre es la traducción rusa de ursus el término en latín para oso.
Kseniya (Alina Lanina)
Una artista circense presuntamente de Ucrania; su piel puede tornarse invisible cuando tiene contacto con el agua. También posee total control sobre la temperatura de su cuerpo, lo que le permite soportar temperaturas extremas. Su nombre significa hospitalidad en ucraniano.
La producción
El presupuesto de la película fue de 330 millones de rublos, lo que actualmente equivale a 5 millones de dólares, así que se puede considerar un film de bajo presupuesto teniendo en consideración los valores que esta clase de película suele mover. Lo triste del asunto es que este detalle se nota cuando podemos ver lo pobres que resultan los efectos digitales empleados, por ejemplo, para representar a Arsus en su estado berserker, o en las múltiples explosiones que afectan a la ciudad de Moscú.
Las reacciones – “Nadie es profeta en su tierra”
La película fue muy mal recibida por la crítica y el público de su país de origen. Y en general, en todos los países a donde la película ha llegado, obtuvo criticas principalmente desfavorables. Y no es para menos. Lo cierto es que la trama es sumamente endeble y llena de huecos argumentales que se van solucionando a la fuerza y sobre la marcha para darle paso a la acción; como por ejemplo, el hecho de que todos los experimentos genéticos han dejado de envejecer desde que obtuvieron sus habilidades durante la Guerra Fría, habiendo pasado casi cinco décadas ocultos en la sociedad y, en el caso puntual de Kseniya, sin recuerdos de su pasado o verdadera identidad.
Entonces… ¿Porque Zashchitniki es una película de culto?
Aunque cueste creerlo, el film ha despertado una gran simpatía entre mucha de su audiencia. No por el hecho de tratarse de una «buena película», de hecho, como ya se explicó, NO lo es, pero aun así ha logrado impactar por su particular forma de narrar una historia y por apelar a un irónico sentido de abstracción histórica –similar a lo que hizo Tarantino en Inglourious Basterds (2009)–.
Otro de los aspectos «negativos» que muchos críticos han sacado a relucir, es el hecho de que Zashchitniki parece ser una mala copia de Fantastic Four (2015). Sin embargo la construcción de los cuatro personajes principales esta esencialmente bien diagramada siendo interesantes y muy humanos, principalmente cuando se menciona como su aparente «imposibilidad» para envejecer les ha causado más dolor que placer.
Viendo varias escenas, puede sentirse además un intento por emular encuadres o la construcción visual vista en películas como Captain America: The First Avenger (2011) o The Avengers (2012). Ante estas decisiones creativas quedan dos posibles opciones como espectador: sentirse ofendido al ver eso, o estallar en carcajadas. Lo cierto es que Zashchitniki (o mejor dicho, su director: Sarik Andreasyan) se esfuerza TANTO para que su obra se parezca a una película de superhéroes hollywoodense, que incluso tiene una escena poscréditos que plantean una secuela (que ya está aprobada y se filmara en China). Esto hace sentir más lástima que otra cosa, y convierte a la película en una amena experiencia para disfrutar con amigos y reír de lo extraña que es esta realización.
Ese momento... [un pequeñísimo Spoiler]
Lo «positivo» de esta película, es que no tarda demasiado en exponer sus falencias y demostrar que es mejor verla con intención de reírse. Al concluir el montaje de los créditos iniciales a los 03:55 minutos se puede ver la cartilla con el título principal
Pero momentos después, precisamente a los 12:23 minutos de película, una segunda cartilla con el título del film vuelve a aparecer por segunda vez, como si para esa altura los espectadores se hubiesen olvidado que película habían decidido ver.
“En un momento así… Solo se puede reír”

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¿Has visto esta extraña película de superhéroes rusos? ¿Qué opinas de ella? ¿Qué esperas para verla?




